Pastora protestante se hace monja católica


Martes 10 de junio de 2025
La Virgen María tuvo que ver en su conversión
Pauline Jacobi, quien fuera pastora protestante, ahora recorre un camino muy diferente como monja católica y asistente pastoral de las Hermanas de Auerbach.
Su camino comenzó en un hogar no religioso, pero todo cambió durante un retiro en Taizé, donde tuvo un profundo encuentro con la espiritualidad cristiana.
Esa experiencia la llevó a estudiar teología en Tubinga, donde percibió una fuerte vocación: proclamar el Evangelio y ayudar a las personas a encontrar a Dios.
Esta convicción la condujo al ministerio protestante.
Sin embargo, algo comenzó a despertar en su corazón durante su etapa como pastora.
A través de la oración personal, especialmente a la Virgen María, su mundo espiritual se ensanchó.
Empezó a sentirse cercana a María, sobre todo después de descubrir las apariciones de Fátima.
A pesar de que todavía se preparaba para dirigir servicios protestantes, rezaba el Rosario cada mañana.
Todo cambió el día que presidió por primera vez un servicio de comunión protestante.
Mientras sostenía el pan y el vino, una repentina revelación la asaltó: no tenía ordenación en el sentido sacramental.
En ese momento, sintió que faltaban los cimientos de su ministerio.
Fue entonces cuando escuchó una voz interior que le recordaba que la vocación que una vez recibió no había cambiado, sino que ahora debía vivirla de una manera nueva. Ese momento de verdad marcó el comienzo de su conversión.
Pauline abrazó la fe católica y se matriculó en la Universidad Filosófico-Teológica Benedicto XVI en Heiligenkreuz.
Con el tiempo, se unió a las Schulschwestern (Hermanas de la Escuela), donde encontró una vida vibrante de fe y servicio.
Describe la vida religiosa como más plena y gratificante de lo que había imaginado.
Hoy, sirve como asistente pastoral, ayudando a guiar y enseñar a otros, tal como siempre se sintió llamada a hacer.
A las mujeres que sienten la vocación al `sacerdocio´ en la Iglesia Católica, Pauline ofrece una respuesta honesta y amable.
Afirma su sentido de vocación y las anima a orar y a buscar cómo vivir esa vocación más allá de la ordenación.
Para ella, servir a Dios como monja y agente pastoral es más que suficiente para vivir el Evangelio con alegría y profundidad.
