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Amor del bueno


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Martes 10 de junio de 2025

Él fue James Bond. Galán, elegante, deseado por millones. Podría haber tenido a quien quisiera, pero eligió a Keely. Y lo hizo cuando nadie lo esperaba y lo reafirmó cada día durante más de treinta años.

Keely no fue su primer amor. Antes, Pierce estuvo casado con Cassandra, la mujer que le rompió los miedos y le enseñó a amar.

Pero la vida fue cruel: ella murió de cáncer, dejándolo viudo y con el corazón roto.

Muchos se pierden para siempre después de algo así. Pero él eligió volver a abrirse… cuando conoció a Keely.

Ella no solo fue su nueva pareja: fue su sostén, su mejor amiga, la mujer que abrazó su pasado y construyó su futuro.

Se conocieron en 1994 y desde entonces no se soltaron más. En las buenas y sobre todo, en las malas.

Juntos criaron a sus hijos. Juntos enfrentaron nuevas pérdidas (su hija adoptiva también falleció por la misma enfermedad que Cassandra).

Sobrevivieron al dolor, la fama, las críticas… incluso esas que juzgan la apariencia de ella con malicia y superficialidad.

Mientras muchos esperaban que Pierce estuviera con una modelo de portada, él se mantuvo firme. Siempre la defendió con palabras profundas y reales:

“Amo cada curva de su cuerpo. Es la madre de mis hijos, el amor de mi vida. Estoy más enamorado de ella hoy, que cuando la conocí.”

Su historia es valiosa: no fue construida sobre el deseo pasajero, sino sobre la conexión profunda.

En un mundo donde muchos cambian de pareja como de ropa, Pierce eligió quedarse con quien vio su alma. Y eso… eso no pasa todos los días…

Porque el verdadero amor no trata de buscar la perfección, sino de abrazar lo real y elegir quedarse.”


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