Ayuda para morir: decisión controvertida en la Asamblea, 19 diputados del RN votan por la eutanasia


Miércoles 28 de mayo de 2025
En su primera lectura, la Asamblea Nacional aprobó el martes la ley que establece un «derecho a la muerte asistida». Unos veinte diputados de RN apoyaron esta importante ruptura antropológica, provocando fuertes críticas por parte de su electorado.
Se trata de un cambio histórico que tuvo lugar el martes 27 de mayo de 2025 en la Asamblea Nacional.
Con 305 votos contra 199, los eurodiputados votaron en primera lectura sobre el proyecto de ley propuesto por Olivier Falorni (Modem) que establecía el derecho a la muerte asistida en Francia, es decir, la eutanasia.
Para sus promotores, es un «momento histórico democrático»; para sus detractores, una negación de la ética médica y una deriva civilizacional.
Pero un hecho político es particularmente debatido por la derecha: 19 miembros de la Manifestación Nacional votaron a favor de este texto, traicionando, según muchos votantes, los valores conservadores y el respeto por la vida humana que sustentan su compromiso.
Un texto preciso con profundas implicaciones
El proyecto de ley, que fue examinado durante dos semanas, establece un marco jurídico estricto para que un adulto, francés o residente en Francia, que padece una condición «grave e incurable», obtenga autorización para utilizar una sustancia letal.
El sufrimiento debe ser «físico o psicológico constante, resistente al tratamiento o insoportable».
La solicitud deberá ser confirmada después de un período de reflexión y evaluada por un equipo médico compuesto por al menos dos médicos y un cuidador.
En última instancia, el propio paciente se administrará el producto, a menos que no se sepa que es posible.
El texto también introduce un delito de obstrucción de la muerte asistida, punible con dos años de prisión y una multa de 30.000 euros, siguiendo el modelo de delito de obstrucción del aborto.
Sin embargo, se prevé una cláusula de conciencia para los cuidadores. Ya podemos imaginar los excesos que esto conducirá a (¿persecuciones contra parientes que desaconsejan la eutanasia?).
Basta con mirar cómo, en dos décadas, en otros temas, la izquierda y la extrema izquierda han logrado superar el PACS, luego el Matrimonio para Todos, luego la PMA y la subrogación, penalizando finalmente cualquier desafío a las acciones del lobby LGBT en Francia. Nunca se detienen y siempre van más allá.
¿Hacia un modelo francés de muerte asistida?
La ministra de Salud, Catherine Vautrin, habló de un estricto y enmarcado «modelo francés de final de la vida». Emmanuel Macron, del extranjero, elogió un «paso importante», al tiempo que dejó la posibilidad de un referéndum en caso de obstrucción en el Senado, prevista para el otoño.
Pero en un contexto de deterioro del acceso a los cuidados paliativos -casi uno de cada dos pacientes no puede acceder a ellos en Francia- se alzan muchas voces médicas.
La Sociedad Francesa de Apoyo y Cuidados Paliativos (SFAP) advierte de una «nueva norma de muerte», creyendo que esta ley, lejos de responder a situaciones excepcionales, cambia la naturaleza misma de la medicina.
La Conferencia Episcopal Francesa, junto con varios representantes religiosos, ha denunciado un ataque al pacto social y a la prohibición fundamental de la muerte.
Una fractura a la derecha… y dentro del RN
La votación puso de manifiesto las fallas dentro de los partidos. A la izquierda, casi todos los funcionarios electos votaron a favor. A la derecha, la mayoría de los republicanos y el RN se opusieron.
Pero 19 miembros de la Manifestación Nacional votaron a favor del texto, causando consternación entre muchos de sus partidarios.
Varias figuras del movimiento, como Christophe Bentz, han denunciado una medida de desesperación que delata la vocación de la medicina a aliviar, no a suprimir.
Philippe Juvin (LR) pronunció un discurso particularmente virulento, diciendo que «este texto empuja a las personas vulnerables hacia la salida».
Denunció una sociedad «hecha por personas sanas aterrorizadas por la adicción», señalando los defectos del proyecto de ley legislativo en términos de discernimiento del paciente.
Por lo tanto, la votación de RN, a menudo presentada como defensora de los valores antropológicos tradicionales, fue sorprendente.
En las redes sociales y en las cartas de los lectores, algunos votantes ya denuncian una traición política: «No votamos a favor de la eutanasia en Francia», resume un mensaje ampliamente compartido. Esta división podría dejar su huella a medida que se acerquen las próximas elecciones.
Aprobado en primera lectura, el texto será examinado por el Senado, con una mayoría conservadora.
Muchos senadores, pero también asociaciones de cuidadores y defensores de la vida, anuncian que quieren luchar para cambiar sustancialmente el proyecto o rechazarlo.
Paralelamente, la ley sobre cuidados paliativos, adoptada por unanimidad, prevé la creación de un derecho exigible contra dicha atención, con la posibilidad de que los pacientes presenten una acción ante los tribunales en caso de deficiencia.
Si la ley sobre la muerte asistida fuera adoptada definitivamente (podría adoptarse mediante referéndum), Francia se uniría a un club restringido de países -Bélgica, Países Bajos, Canadá- que han legalizado la eutanasia o el suicidio asistido. ¿Con las mismas derivas? Este es el miedo, compartido mucho más allá de las filas conservadoras.

