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Sonny Alarcón, toda una época en la crónica deportiva


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Martes 27 de mayo de 2025

Jorge Salvador Alarcón Rubio fue un comentarista deportivo, más conocido como Sonny.

Por muchos años, fue comentarista de Televisa.

Nació el 20 de febrero de 1918 en la colonia San Rafael de la Ciudad de México, Distrito Federal.

Sus padres fueron don José Benjamín Epigmenio del Sagrado Corazón de Jesús Alarcón Herrera y la señora doña Carmen Rubio Carrillo.

Inició su carrera periodística en el año de 1935 como reportero de La Opinión, siendo además colaborador de La Afición, de 1947 a 1960, en El Universal y en Diario de la Tarde.

Su carisma y facilidad con el lenguaje lo alejan del anhelado deseo de su padre de convertirlo en ingeniero e ingresa a trabajar con Ernesto Carmona, mánager y cofundador del equipo Diablos Rojos del México.

Se dice que el mote de Sonny surgió cuando don Jorge y su padre, Benjamín Alarcón Herrera, radicaban en Estados Unidos y ambos ejercían el periodismo.

Como necesitaban diferenciar entre los dos Alarcón, decidieron que el hijo debía firmar como Sonny, diminutivo de la palabra ‘hijo’ en inglés.

Con él desempeña diversas tareas, como elaborar reseñas y traducciones deportivas.

Don Ernesto queda tan satisfecho con su trabajo que influye para que, iniciando la década de los cuarenta, el diario “La Afición” le brinde una oportunidad.

con apenas 19 años de edad, se hizo reportero en El Redondel. Entre 1938 y 1939, colaboró para La Opinión, El Universal, El Universal Gráfico y distintas publicaciones deportivas.

Sin embargo, en 1940 la suerte le cambiaría para siempre pues en aquel año comenzó a trabajar en Casa Carmona, tienda deportiva propiedad de Ernesto Carmona, además de mánager y fundador de los Diablos Rojos del México, el equipo de beisbol de la capital.

Fue ahí que Sonny conoció a Alejandro Aguilar Reyes, Fray Nano, fundador del diario La Afición, quien lo invitó a colaborar en dicha publicación; para 1947 Alarcón se convirtió en columnista de ese diario, donde colaboró hasta 1960.

Luego de su paso por La Afición, comenzó a hacerse cargo de la sección deportiva del Diario de la Tarde, en donde continuó hasta 1981.

A partir de entonces “Sonny” Alarcón crece como la espuma de una buena cerveza de barril.

Su alegre prosa, llena de atinados adjetivos, lo hace ganar la aceptación de los lectores y súbitamente se encuentra inmiscuido desde el frontón hasta en la lucha.

Fue su llegada a la televisión lo que lo catapultó como un referente del micrófono nacional.

Su inolvidable estilo era capaz de hacer mítico cualquier encuentro de beisbol, convertir sosos contricantes en dos titanes del ring o iniciar los más fogosos debates entre los aficionados.

Como toda leyenda, Jorge Sonny Alarcón rompió récords de asistencia a los más selectos eventos deportivos.

Cubrió Copas Mundiales, Juegos Olímpicos —de verano y de invierno—, Series Mundiales de beisbol y Campeonatos Mundiales de boxeo.

Con Televisa cubrió ininterrumpidamente las Copas del Mundo desde México 1970 hasta Italia 1990.

En Juegos Olímpicos de Verano asistió consecutivamente desde Tokio 1964 hasta Sydney 2000.

Y en los Juegos Olímpicos de Invierno estuvo desde Sapporo 1972 hasta Lillehammer 1994.

Así los televidentes vincularon todo gran acontecimiento deportivo con la presencia vocal de “Sonny” en sus hogares, haciendo propias expresiones como “Doña Blanca”, forma en que llamaba de cariño a la esférica beisbolera.

En pocas palabras: era incapaz de caerle mal a alguien. “Sonny” Alarcón dejó este mundo el 24 de enero de 2001, con casi sesenta años de servicio a la difusión deportiva.

Su frase más recordada no pudo ser aplicada a su persona una vez más.

Sin embargo, el “muy buenas gracias y muchas noches” sigue presente en todos aquellos que tuvieron la suerte de escuchar sus narraciones y lo repiten inconscientemente cada vez que apagan el televisor para dirigirse a la cama.

“Dos bolas, dos strikes, dos outs. Una sola carrera tiene adelante a Fernando Valenzuela y a los Dodgers, campeones de la Liga Nacional. La gente forma un panorama sensacional, se pone de pie toda como uno solo y nosotros también porque la gente tapa la visual completamente; tenemos que echar la vista hacia el monitor porque tenemos una muralla de gente palmeando, vitoreando, coreando al Toro ¡Venga, Fernando! le gritan. Se yergue Fernando allí en el centro del diamante y va con el lanzamiento. La bola viaja… ¡Ay, lo ponchó! Allá va Tom Lasorda a abrazar a Fernando Valenzuela, que conquista su primera victoria en Serie Mundial y bate a los Yankees cinco carreras por cuatro. ¡Esto es un manicomio!”

Descanse en Paz Don Jorge Sonny Alarcón

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