No se gobierna con caprichos


Lunes 26 de mayo de 2025
Se dice que el sentido común, es el menos común de los sentidos. Esto aplica a rajatabla para muchos políticos que creen que gobernar es tratar de reinventar el agua tibia cada cierto tiempo.
De esta manera, toman decisiones descabelladas, orientadas por sus intereses, sin contemplar ni tomar en cuenta el bienestar de la comunidad, dejándose llevar por ocurrencias y caprichos, aún en contra de la más evidente realidad.
Tal es el caso que hemos padecido los yucatecos, en particular los meridanos, cuando por un capricho del titular del Ejecutivo estatal anterior, Mauricio Vila, se determinó desquiciar el tránsito en Paseo de Montejo, creando de manera antinatural, un carril exclusivo para ciclistas.
La medida le acarreó al entonces gobernador, una gran cantidad de críticas, no solo por lo inoportuna e inadecuada, sino por lo absurda, pues las condiciones y circunstancias de nuestra ciudad, no la hacen adecuada para andar en bicicleta, dadas nuestras elevadísimas temperaturas.
El sentido común diría que Vila debió basar su determinación en algún estudio de vialidad, sustentado en análisis de diversa índole, pero la verdad es que no fue así. Las evidencias nos muestran lo contrario.
Mauricio Vila intentó basar tan descabellada medida en lo pretendido por la agenda 2030 de la ONU, un mamotreto divorciado de las condiciones climatológicas de Yucatán, que no considera que en nuestra entidad quien pretenda pedalear más de un par de cuadras después de las nueve de la mañana, llegará indefectiblemente a su destino, hecho una sopa.
Debieran hacerse asimismo, averiguaciones a fondo, para conocer a ciencia cierta, quien realizó la obra, si el monto erogado corresponde a la infraestructura existente y sobre todo, si los tres o cuatro ciclistas que transitan por las vías ya citadas, justifican el enorme perjuicio causado a miles de automovilistas, pues hay que decir que antes del desastre realizado, Paseo de Montejo era una de las avenidas más cómodas para transitar, mientras que hoy día, es un verdadero martirio, pues las mentadas ciclovías, fueron diseñadas en perjuicio de la afluencia vial.
Policías estatales, municipales, taxistas, peatones y hasta algunos ciclistas, convienen en que la obra ha resultado más perjudicial que eficiente y sospechan que haya sido realizada en aras de pagar favores políticos, favoreciendo allegados y para satisfacción del ego desmesurado de algunos personajes del mundillo político.
Fuera bueno que el gobierno del estado tomara cartas en el asunto, investigara, auditara, hiciera estudios de vialidad confiables y acordes a la realidad y se percatara que vivimos en Yucatán y no en Holanda y que dadas nuestras condiciones climatológicas, en nuestra entidad la bicicleta se usa únicamente para recorrer muy cortas distancias, en horarios en que la temperatura es más clemente.
Ojalá que el gobierno del estado recobre el sentido común y nos devuelva a los ciudadanos la correcta circulación en nuestro Paseo de Montejo.
Seguimos pendientes…
Dios, Patria y Libertad

