Babe Ruth, el Sultán del batacazo


Martes 13 de mayo de 2025
Cuando se hable del origen mítico del béisbol como espectáculo de masas, el primer nombre que brota es George Herman «Babe» Ruth.
Hijo de Baltimore, nacido el 6 de febrero de 1895, y forjado entre las paredes de un reformatorio, Ruth no solo dominó el diamante… lo convirtió en su imperio.
De huérfano rebelde a fenómeno imparable
A los 19 años, su talento fue detectado por Jack Dunn, quien lo firmó para los Baltimore Orioles de ligas menores.
Los veteranos, al ver a ese joven bajo la tutela de Dunn, lo llamaron “el bebé de Dunn” —y así nació «Babe».
Luego vendrían otros apodos más legendarios: «El Gran Bambino», «El Sultán del Batacazo».
Boston Red Sox: el lanzador que ya era una leyenda
Ruth debutó en las Grandes Ligas en 1914 con los Medias Rojas de Boston, donde inicialmente fue un dominante lanzador zurdo.
En 1916 ganó 23 juegos y lideró la Liga Americana con una ERA de 1.75.
En la Serie Mundial de ese año, lanzó 14 entradas consecutivas sin permitir carrera, récord que se mantuvo por 43 años.
Ganó tres Series Mundiales con Boston, pero el mundo conocería una nueva dimensión de su poder cuando dejó el montículo y se transformó en el bateador más devastador que el béisbol haya visto.

La venta maldita y el nacimiento de una dinastía
En 1920, Harry Frazee vendió a Ruth a los New York Yankees por $125,000, desatando «La Maldición del Bambino», que dejaría a los Red Sox sin títulos por 86 años. Ruth, en cambio, construyó un imperio en el Bronx.
En su primera temporada con los Yankees, conectó 54 jonrones, más que cualquier equipo completo de la Liga Americana en 1919.
Cambió las reglas del juego. Transformó el bateo en un espectáculo de poder.
En 1923, se inauguró el Yankee Stadium, conocido para siempre como «La Casa que Ruth Construyó».
En 1927, firmó su obra maestra: 60 cuadrangulares en una temporada, una marca que perduró hasta 1961. Su presencia arrastraba multitudes. Era más grande que el juego.
El jonrón más mítico de todos los tiempos
Durante la Serie Mundial de 1932, en el Wrigley Field, Ruth se enfrentó al lanzador Charlie Root.
Con la cuenta 2-2, señaló al jardín central, y en el siguiente lanzamiento… ¡BOOM! Jonrón.
Fue bautizado como «El Llamado». ¿Desafío o predicción? Nadie lo sabe. Pero el mito quedó sellado.
El adiós del titán
En 1935 jugó su última temporada con los Boston Braves.
El 25 de mayo bateó tres jonrones en un solo juego.
El 30 de mayo jugó por última vez.
Se retiró con un average de .342, 2,873 hits, y 714 jonrones, cifra que permaneció como récord absoluto hasta Hank Aaron y luego Barry Bonds.
También dejó un impresionante récord como lanzador: 94-46, 2.28 de ERA y 488 ponches. Un fenómeno dual. Un hombre que dominó el juego en ambos extremos.

Estadísticas eternas
Promedio de bateo: .342
Hits: 2,873
Jonrones: 714
Carreras impulsadas: 2,214
ERA como lanzador: 2.28
WAR de por vida: 182.6
OPS de carrera: 1.164
Porcentaje de slugging: .690
457 bases totales en una sola temporada (récord aún vigente)
Premios y honores
7× campeón de la Serie Mundial
MVP de la Liga Americana (1923)
Líder de jonrones en 12 temporadas
Líder de carreras impulsadas en 6
Miembro del Salón de la Fama inaugural (1936)
Número 3 retirado por los Yankees
Miembro del «Equipo del Siglo» y «Equipo de todos los tiempos»
Legado inmortal
Babe Ruth falleció el 16 de agosto de 1948 en Nueva York, a los 53 años. Pero su imagen permanece impresa en la historia del béisbol como un titán entre mortales.
Fue el primer superhéroe deportivo estadounidense, el rostro del béisbol cuando el país más lo necesitaba.
Sin Ruth, el béisbol no sería lo que es hoy.
Fue mito, leyenda, espectáculo y revolución.
Fue el Bambino. El sultán. El Rey.

