Internacional

La izquierda mediática pierde el monopolio del relato


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Lunes 24 de marzo de 2025

La irrupción del Grupo Bolloré, y otros menos potentes, ha supuesto una convulsión espectacular en el panorama informativo francés

Por primera vez en décadas, el monopolio mediático ejercido por la izquierda en Francia se tambalea.

Los medios de prensa y edición del grupo Vivendi son en buena parte responsables de la encarnizada batalla que agita el panorama político y cultural. 

Defensores de una derecha sin complejos, las tropas periodísticas de Vincent Bolloré desestabilizan un panorama dominado por un mayoritario mensaje progresista.

El accionista francés de PRISAacosado por los enviados de Pedro Sánchez, según informaba el semanario “Le Point” la semana pasada, se ha propuesto desafiar “el pensamiento único” que sus rivales en prensa escrita, radio y televisión, defienden con pocas diferencias, incluso desde medios considerados conservadores, como el histórico “Le Figaro”, que ha tenido que reaccionar para evitar ser considerado como portavoz del centroderecha.

Desde la cadena generalista Canal+, pasando por la televisión todonoticias CNEWS, la emisora de radio Europe1, el semanario “Paris Match” o el diario dominical “Le Journal du Dimanche” (JDD), los franceses tienen ahora la oportunidad de recibir un mensaje informativo que antes se les ocultaba o se les ofrecía siempre desde un punto de vista uniforme.

Inmigración ilegal, aumento de la criminalidad y de la inseguridad, penetración del islam, cuestionamiento del neofeminismo, de la llamada política de género, de la eurofilia, del “indigenismo” del “descolonialismo” y, en general, de todo lo que durante los últimos años ha barnizado de “wokismo” cualquier obra cultural o intelectual entra en la programación de esos medios.

Un intercambio temporal de redactores e editorialistas del grupo Vivendi con sus pares de “El País” o “La Ser” podría acabar con todos ellos en un psiquiátrico.

La izquierda mediática pierde el monopolio del relato

La irrupción del Grupo Bolloré, y otros menos potentes, ha supuesto una convulsión espectacular en el panorama informativo francés, hasta hoy – y desde hace más de 50 años – dominado sin disimulo ni discusión por una mayoría de periodistas de izquierda. 

Una nueva generación de informadores, acompañados por veteranos más o menos marginados en el pasado, ha irrumpido con estruendo y éxito en la batalla cultural que se libra en el país y que está privando a la izquierda mediática y política del monopolio del relato del que disfrutaban hasta hace muy poco tiempo.

Por supuesto, ese contenido no hubiera alcanzado el éxito de audiencia del que disfruta, por ejemplo, CNEWS, si el debate no se hubiera abierto a voces hasta entonces silenciadas por ese “cordón sanitario” que pretende frenar el auge de la derecha dura no solo en la política, sino en todos los aspectos de la sociedad. 

Verdaderos especialistas – y no “todólogos” – vetados en los medios tradicionales por no adaptarse a la “doxa” oficial, aparecen por primera vez en pantalla poniendo fin a una censura que contradice el éxito de muchos de sus libros y trabajos. 

Tras hacerse con la propiedad de esas cabeceras, el empresario Vincent Bolloré no ha dudado en nombrar responsables de confianza y equipos que defiendan sus postulados ideológicos.

Eso le ha valido iniciales huelgas de redacciones y las protestas de partidos y organizaciones de extrema izquierda, algo habitual en Francia, donde los periodistas descontentos con un nuevo accionista mayoritario pueden acogerse a la “cláusula de conciencia” y abandonar voluntariamente el grupo con una consecuente indemnización.

Que un empresario de prensa elija a sus colaboradores alarma a quienes no se inmutan cuando es el poder ejecutivo el que tiene la última palabra para nombrar a los directores de medios públicos.

El verdadero problema es que el nuevo dueño del conglomerado mediático de Vivendi es un “millonario”, adjetivo que la prensa de izquierda utiliza cada vez que se le menciona (Como en España ocurre con Amancio Ortega, salvando las distancias) y, sobre todo, claro está, es un personaje de derechas.

Bolloré, por la unión de las derechas

Vincent Bolloré, al frente de un imperio industrial heredado de varias generaciones, tiene, según aseguran algunos de sus allegados, el anhelo de unir a las derechas francesas, es decir, de acercar a los conservadores tradicionales de “Los Republicanos”, con el partido de Marine Le Pen, Reagrupamiento Nacional (RN).(…)

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