Opinión

Los descuartizan y los incineran


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Jueves 13 de marzo de 2025

¡DESPIERTEN!

Por Marcela Tamayo

Los bebés que desde el vientre de sus madres son descuartizados en las clínicas aborteras y que ya incinerados, son tirados a la basura

Son asesinados con la misma crueldad que los jóvenes de Teuchitlán y otros campos de exterminio, que recuerdan los horrores de los que somos capaces los seres humanos.

Los bebés abortados, son cientos de miles en México desde que en 2007 bajo el mando de Marcelo Ebrard como jefe de gobierno de la Ciudad de México, se aprobó la despenalización del aborto en tal urbe.

Ahora la sociedad mexicana está conmocionada por los terribles actos de secuestro, tortura, violencia, asesinato, incineración de esos jóvenes. Víctimas que fueron engañadas por la falsa oferta de trabajo y terminaron en trágico final.

Sin embargo, todos los días en las clínicas y hospitales, en todos los estados del país, donde se permite el aborto, se da, día con día, la tortura de seres humanos indefensos, seres humanos sin voz, seres humanos que experimentan dolor al ser extraídos con forceps unos, con pinzas otros, según la edad del embrión o feto.

En algunos casos son disueltos en ácido, sí, igual que como ha hecho el crimen organizado, que ha disuelto víctimas asesinadas en ácido, para no dejar rastro.

El aborto, poco o casi nada conmueve ya, a la sociedad mexicana.

De hecho, se ha podido observar que una gran mayoría de la juventud universitaria, considera que es una buena opción como método de control natal, pues permite librarse de una engorrosa molestia (el embarazo).

Pero eso sí, conmueve, indigna y escandaliza la información que recibimos del rancho en Jalisco, cerca de Guadalajara, de otros en Tamaulipas y de lo que se vaya descubriendo durante estos días.

Pero nadie se indigna por los abortos y esos niños abortados, también son mexicanos (o más bien, pudieron serlo).

Son seres humanos a quienes no se les deja vivir.

El Padre Juan Rivas ha relatado sobre Ángel, un hombre poseído y exorcizado a quien la Virgen de Guadalupe le dijo que México, al permitir el aborto legal, ha abierto la puerta a los demonios con lo cual aumenta la violencia y la muerte de muchos mexicanos.

México guadalupano tiene una enorme deuda con la Fe al aceptar, permitir y conformarse con las nuevas legislaciones que significan pena de muerte para tantos inocentes, a los que no se da el derecho de vivir.

Triste realidad, que nos indigna. Nos escandalizan las muertes de unos y olvidamos e ignoramos la muerte de otros, fingiendo demencia y haciendo como que no pasa nada.

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