Urge un Bukele en México


Viernes 21 de febrero de 2025
Vivimos en una sociedad muy hipócrita y de doble moral, que dice una cosa y hace otra. Nos mueven situaciones marcadamente burdas y dejamos de lado, lo verdaderamente trascendente.
Lo mismo sucede en nuestro sistema político: nuestros preclaros representantes se dicen preocupados por el bienestar de la comunidad, pero en la práctica terminan legislando para unos cuantos, para unos pocos privilegiados, que muchas veces son quienes menos merecen beneficio alguno.
Tal es lo que sucede con el manido tema de los derechos humanos, entelequia que se invoca cuando se trata de justificar cualquier barbaridad como el aborto, el cambio de identidad sexual o peor aún, el consumo de sustancias nocivas.
Porque cuidado y nos atrevemos a argumentar algo en contra de estas cuestiones, porque una auténtica jauría se nos lanzará a la yugular acusándonos de toda clase de lindezas.
En cambio, si postulamos las premisas más absurdas, como que un narcotraficante es pueblo, seguramente nos haremos acreedores de aplausos y reconocimiento.
Y aquí cabe preguntarse: ¿derechos de quien?, ¿de individuos evidentemente divorciados de la realidad?, ¿de verdaderos criminales?, ¿dónde quedan los derechos de la parte sana de la población?
Resulta increíble que en un país como el nuestro, que se desangra entre infinidad de delitos y los desmanes del crimen organizado, la titular del Ejecutivo preste más atención a las solicitudes de un criminal probado, que a los lamentos de la ciudadanía agraviada por los delincuentes.
¿Acaso tienen más derechos las minorías y los criminales, que las grandes mayorías, que trabajan, pagan impuestos y dan vida a este país?
¿Desde cuando las aberraciones son derechos?, ¿en que nos beneficia a los mexicanos matar inocentes en el vientre materno?, ¿en que nos beneficia materializar los desvaríos de los desviados?, ¿en que nos beneficia sacar con su gusto a delincuentes?
Bien dice el presidente salvadoreño Nayib Bukele que cuanto alguien comete algún acto antisocial, en ese momento pierde sus derechos como persona, que es preciso restituir a la sociedad afectada.
Bukele combatió con mano de hierro el crimen organizado y su país le respondió refrendando su confianza en él y su partido. Nadie podrá quitarles el poder a corto plazo. En México deberíamos seguir su ejemplo y perseguir con rigor y severidad la delincuencia.
Es un hecho que son pocos los que cumplen la ley por dictados de conciencia, la mayoría de la gente lo hace por el temor al castigo.
No se trata de aumentar las penas, sino de aplicar la ley sin concesiones. Esa es la clave para abatir el índice delictivo.
Debemos preocuparnos más por el bienestar de las mayorías, que por sectores marginales. A la fecha en nuestra patria, sin embargo, no hay un solo partido que tenga su interés en ello. Todos concentran su atención en sectores minoritarios pero escandalosos, con los que por moda, es conveniente asociarse. Tal es la prédica izquierdizante que prevalece en el espectro político nacional.
Es tiempo de girar a la derecha. Es hora de un partido que se preocupe por las mayorías. Por los derechos de la sociedad y no de la delincuencia. Tenemos fe en que pronto aparecerá.
Seguimos pendientes…
Dios, Patria y Libertad

