El RIP municipal vuelve a cambiar dirigencia
Lunes 7 de octubre de 2024
Ya con anterioridad habíamos hecho referencia a la inactividad consecuente al cambio de dirigencia en el RIP municipal de Mérida.
Tras la dirigencia anodina, incolora, inodora e insípida de Francisco Medina Sulub, entró al quite Sergio Vadillo Lora, quien presumió provocaría un resurgimiento en el priismo meridano.
Pero Vadillo simplemente no apareció, jamás dio la cara, se limitó a despedir por interpósita persona a numerosos trabajadores que dieron lo mejor de sí mismos a favor del tricolor y jamás tuvo el valor, ni el coraje de dar la cara. Se limitó a hablotear.
Por eso el RIP en Mérida esta más muerto qué una momia egipcia, más frío que el pico de un pinguino; sus dirigentes desde hace mucho abandonaron a la militancia y peor aún, se han encargado de desarmar las estructuras, antaño tan eficientes y que tantos triunfos proveyeron a la causa tricolor.
Sergio Vadillo no fue la excepción. Peor aún, tras hacer una campaña decorosa rumbo a la diputación federal, recibió el rechazo correspondiente a la prepotencia y la soberbia que lo caracterizaron como funcionario estatal y entonces, lo único que tuvo a la mano disponible, a modo de premio de consolación, fue la instancia municipal del partido.
Pero como todos, se limitó a las promesas de cajón y nunca hizo nada más. Al parecer ya no le interesó meter un peso más de su cuantioso peculio al partido y por ende, la militancia y las estructuras municipales priistas, están más solas qué nunca.
Pero como el remedio siempre puede ser peor que la enfermedad, alguien en el RIP tuvo la luminosa idea de poner al frente de la instancia municipal, al responsable del inexistente Movimiento Territorial, un membrete que otrora tenía gran trascendencia en la vida interna del partido, pero que hoy día no representa nada en absoluto, probablemente por no hacer otro tarugo qué quisiera hacerse cargo de semejante empresa, que solo por su sola mención, se antoja una misión imposible.
De suerte tal, han hecho acreedor de la rifa del tigre a Rafael Echazarreta, un tránsfuga del morenismo, que recibió como premio a su deserción, el membrete de marras, llenando al priismo de incertidumbre y sin aportar perspectivas de mejora en lo más mínimo.
Echazarreta Torres lleva a maliciar que tendrá como misión terminar de destruir lo poco que queda de la estructura tricolor, acorde a la estrategia implementada a nivel nacional por Alejandro Moreno, para poner al partido a los pies de MORENA.
Echazarreta Torres no se caracteriza por sus dotes políticas, ni organizativas y se intuye que tendrá otra deplorable gestión al frente del tricolor municipal, encargándose de acelerar la huída de militantes a otros partidos.
Tras la ratificación del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación de la legalidad de la modificación de los estatutos tricolores y de la reelección de su dirigencia nacional, que no sería posible sin la aquiescencia de la mano que mece la cuna (MORENA), nos queda claro que la suerte del RIP está echada y el tricolor está irremisiblemente condenado a desaparecer y de ello se encargarán Alejandro Moreno y sus secuaces.
No queda más que decir adiós PRI, descanse en paz.
Seguimos pendientes…
Dios, Patria y Libertad