El caso de Pete Rose y las apuestas
Viernes 4 de octubre de 2024
Por Adrián Arce Patrón
El caso de Pete Rose y su desencuentro con el salón de la fama ha sido, es y será motivo de mucho tema de conversación y debate.
Como fanáticos al rey de los deportes, tenemos una postura muy distinta a los encargados de dirigir Las Grandes Ligas y el salón de la fama.
Ahora que el rey del hit ha muerto, ese debate se ha reavivado y repito, como fanáticos siempre tendremos una postura distinta y siempre manifestamos que es una injusticia lo que se hizo con Pete Rose. Pero, ¿realmente lo es?
Ya estaba el antecedente de Joe Jackson y los Medias Negras: Pete Rose fue acusado, investigado, encontrado culpable y confesó haber violado una regla sagrada para el béisbol.
Por más popular, aguerrido y bueno para el béisbol que haya sido en su carrera como jugador, no podemos gritar a los cuatro vientos que fue una injusticia el haberlo vetado de por vida, corrió la misma suerte que los Medias Negras de 1919.
Pete Rose sabía el riesgo que tomaba cuando apostaba mientras era manager: estuvo preso por evasión fiscal, un delito que la justicia del Tío Sam no perdona y cuando se investigaba su participación en las apuestas, fue el propio Rose quien hizo el acuerdo con el ex comisionado Bart Giammati, el cual establecía que Rose sería vetado de toda actividad relacionada con el béisbol.
Muchos reclaman una doble moral de la MLB por haber vetado a Rose del béisbol y negarle su ingreso o la oportunidad de ingresar a Cooperstown (porque aunque estuviera en las boletas, serían los votantes los que decidirían) y aluden de que se permitió el uso de esteroides para regresar a los fanáticos a los estadios después de la huelga del 94, pero quienes acusan a la MLB de eso, ignoran que la oficina del comisionado prohibió todo uso de esteroides y sustancias para mejorar el rendimiento desde 1991, unos cuantos años antes del boom de los esteroides, pero la MLB siempre estuvo atada de manos respecto a este tema, porque el sindicato de jugadores no permitía que se realizarán pruebas antidopaje de tipo olímpico.
No fue hasta el 2003, cuando el senador Mitchell llevo el asunto de los dopajes hasta el senado de los EE UU y que se convirtió en un asunto federal, hasta entonces el sindicato cedió a la presión y es por ello que desde entonces tenemos pruebas antidopaje.
En pocas palabras, Rose no fue una víctima en todo este asunto, ni la MLB es tan culpable como muchos lo hacen ver en defensa del jugador. Por eso es que Rose, no reclamaba su lugar en Cooperstown abiertamente, el estuvo de acuerdo con eso prácticamente para que no se le investigará más.
Rose fue una leyenda en los diamantes, pero también fue un hombre con errores como cualquier mortal, la admiración por lo que hacía en el terreno de juego tal vez nos impida aceptar la realidad de su situación y del veto que lo tiene fuera de Cooperstown y que tal vez lo tenga fuera para siempre.