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Sin Tí, una canción al amor que no se atreve a decir su nombre

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Domingo 29 de septiembre de 2024

José Guízar, es uno de los compositores de música folclórica mexicana más reconocidos. Nació en Guadalajara, Jalisco, el 12 de enero de 1912 y murió en la Ciudad de México, el 27 de septiembre de 1980.

Su memorable canción «Sin Ti» encierra un secreto que pocos conocen sobre para quién y por qué fue escrita.

De joven viajó a Monterrey y estableció amistad con Raúl Prado, Fernando Fernández y Miguel Aceves Mejía, quienes dieron a conocer las canciones de Guízar a través de la radio.

Estudió solfeo con el maestro Jesús Corona. Por insistencia de su padre, estudió la carrera de abogado en la UNAM, misma que abandonó al tercer año, debido a su falta de vocación.

Él mismo decía: «…Yo sería mal licenciado. Una vez, me acuerdo, cuando cursaba el tercer año, me tocó acompañar a un Actuario para llevar a cabo un desahucio. Me dio tanta pena que fui a casa, robé dinero de la caja fuerte de mi padre y liquidé el adeudo de aquella familia que iba a ser echada. Yo no serviría para abogado».

Se interesó por la composición en 1930 cuando Agustín Lara triunfaba en el Teatro Politeama; sentía que en lo personal podía cantar al amor como Lara, haciendo versos y poniéndoles música a imitación de Tata Nacho, pero con esencia folclórica; así surgió su primera creación: «Guadalajara», «Chapala», «Tehuantepec», «Corrido del Norte», «Como México no hay dos» y «Sin ti», entre otros éxitos.

Pepe Guízar contó que «Sin ti», la canción que hicieron famosa «Los Panchos», se la compuso a un Teniente de Caballería que conoció en Guadalajara y sólo le avisó que se iba a Chihuahua y ya no lo podría ver. De ahí nació esa canción que fue escrita para un hombre y no para una mujer.

En la radio difusora XEW, Pepe Guízar fue bautizado como «El pintor musical de México» porque sus composiciones dibujan la geografía musical de México.

Fue un compositor folclórico que llevó a la canción mexicana, más allá de las tabernas y los barrios para introducirla a los salones haciéndola competir con el tango y el bolero, cuando éstos estaban de moda.

Sus restos descansan en el Panteón Jardín.

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