Opinión

¡Váyase a la Chingada!

Spread the love

Lunes 16 de septiembre de 2024

Señor presidente:

Tras seis años de soportar sus ocurrencias y caprichos, los mexicanos estamos hartos de usted.

Nos molesta su voz, nos altera lo agudo de su tono, pero lo que más nos resulta incómodo, es que cuando la oímos, es porque seguro abrió la boca para proferir alguna sandez..

Y si solo se tratara de locuras o incoherencias, tenga por seguro que podríamos seguirle la corriente; los mexicanos tenemos sentido del humor y sin duda alguna, podríamos reír de buena gana, con las bromas inocentes y lo agudo del humor de alguien privado de razón.

Pero no es lo mismo, cuando el desquiciado acumula un poder inmenso y decide prenderle fuego a Roma, mientras canta y declama ante el incendio.

Muchos le creían solo excéntrico o un loco inofensivo; poco tardaron en comprobar que no era así, que usted tiene el sadismo del psicópata, combinado con la maldad del megalómano.

Usted es un enfermo mental: disfruta haciendo mal, se regocija causando daño y procurando el sufrimiento a sus rivales, reales o supuestos. Eso no es propio de gente bien nacida.

Usted Señor presidente, no supo entender la naturaleza de su misión, no supo comprender que debía gobernar para todos, sin odios, ni rencores, no supo estar a la altura de su encomienda y su responsabilidad histórica.

Es usted el más absoluto y completo fracaso, un total fiasco, un perdedor, una ruina, el más estrepitoso desengaño; pensaba pasar a la posteridad como un prócer, tomar por asalto la posteridad, pero los buenos para nada, no son capaces de lograr grandes hazañas y solo tendrá el sitio pintoresco que compete al peculiar desempeño de un desequilibrado, que como chivo en cristalería arrasó con cuanto tuvo a su paso.

Ahora su periodo afortunadamente llega a su fin, va concluyendo, váyase por favor y no cause más daño, deje a su sucesora gobernar, no se preocupe por asesorarla, ella es capaz de hacerlo mal por si sola, ha tenido buena escuela.

Váyase señor presidente, hágalo enhorabuena, total, se marcha usted con la mayoría de sus vástagos que llevan los bolsillos llenos. Porque si revisamos, seguro llevan más de los doscientos pesos iniciales en las bolsas.

Váyase señor presidente, su legado es un país dividido, polarizado, destruido, endeudado, devastado y con los nervios como cuerdas de violín, al borde del estallido social.

Esperamos nada más que tenga los suficientes pantalones para cumplir con su palabra como hombrecito y no volver a inmiscuirse en la política.

Váyase señor presidente, por fortuna este fue su último grito y no nos volverá a importunar su voz tipluda, profiriendo incoherencias.

¡Váyase señor presidente, váyase a la chingada y nunca vuelva!

Seguimos pendientes…

Dios, Patria y Libertad

Deja una respuesta