La leyenda de Bobby Fischer
Martes 3 de septiembre de 2024
El 1 de septiembre de 1972, en Reikiavik, Islandia, en el marco del Campeonato Mundial de Ajedrez, terminaba el llamado «Match del siglo», cuando avergonzado por su desempeño, el gran maestro soviético Boris Spassky, abandonaba la partida, ese día nacía la leyenda de Bobby Fischer.
Nacido el 9 de marzo de 1943, en Chicago, EEUU, hijo de la enfermera suiza Regina Wender y del físico alemán Hans-Gerhardt Fischer, aunque este no era su padre biológico, en realidad Bobby era hijo del físico húngaro Paul Nemenyi.
Fue un precoz pero mediocre jugador sin que se vislumbrara en él un futuro en el ajedrez.
Conforme crecía, el ajedrez pasó a ser una obsesión, motivo por el cual fue llevado en varias ocasiones al psicólogo.
Al cumplir los 12 años su talento comenzó a emerger, comenzó participando en torneos escolares hasta que en 1956 conquistó el título nacional juvenil.
Con un coeficiente intelectual altísimo, pero disperso y anti social, abandonó los estudios para dedicarse a su pasión como alumno del maestro John Collins.
El ascenso de Fischer a nivel mundial coincidió con el auge de la escuela soviética de ajedrez que producía campeones de todos los países de Europa del este.
En 1963 se corona Campeón Nacional Senior ya con la característica de ser muy rápido, el tiempo era su aliado.
1972 lo encontró en un nivel sobresaliente, despachó en las clasificatorias al campeonato del mundo a Taimánov, Larsen y Petrosián, ganándose el derecho a disputar la final con el gran campeón soviético Borís Spassky.
El llamado «Match del siglo» se llevó a cabo en Reikiavik, capital de Islandia, entre el 11 de julio y el 31 de agosto, allí Bobby aplastó a Spassky haciéndolo parecer un aficionado.
Agobiado por las circunstancias, la mañana del 1 de septiembre Spassky decide no presentarse, abandona el match por medio de un simple llamado telefónico, comenzaba el reinado de Fischer acabando con 24 años de dominio soviético.
Luego de tres años de clasificatorias llegaba una nueva final, esta vez el campeón Fischer, debía enfrentar al temible retador Anatoli Kárpov.
Fischer comenzó a solicitar absurdas modificaciones al reglamento hasta que la FIDE dijo basta, Fischer se enfureció y desistió de disputarla entregando el título a Kárpov y anunciando su retiro con solo 29 años.
Luego de 18 años de haber literalmente desaparecido, fue invitado a jugar una simbólica revancha con Spassky en Belgrado.
Los EEUU le prohibieron por carta jugar en territorio de la ex Yugoeslavia por pesar un embargo sobre ella.
Bobby se sentó frente a Spassky colocó una banderita de los EEUU y la carta sobre la mesa, acto seguido, la escupió. Los EEUU solicitaron su captura internacional, pero Bobby se las arregló para escapar.
En 2004 fue detenido en Japón por intentar salir desde el aeropuerto de Narita con un pasaporte falso, su aspecto de vagabundo, desarreglado, mal aseado y harapiento, sorprendieron al mundo.
Los EEUU solicitaron su extradición, pero Islandia, por el recuerdo de aquella final de 1972 jugada en su capital, le concedió asilo político.
Fischer murió tres años después en Reikiavik, cuna de su proeza y fue enterrado en un humilde sector del cementerio de Selfoss, Islandia.