Un mundo invertido
Martes 20 de agosto de 2024
Las mujeres ya no quieren ser madres.
Los hombres ya no quieren dirigir sus casas.
Los hijos ya no quieren honrar a sus padres.
Los padres ya no quieren educar a sus hijos.
Los hombres ahora son mujeres.
Las mujeres ahora son jefes.
Los hijos ahora enseñan.
Los padres ahora aprenden.
Es un mundo invertido, dónde lo irracional es acogido y lo natural es rechazado.
Por eso, los que conservamos lo que es justo, lo que es digno, lo que es verdadero y nunca cambia, somos tildados de mil modos: de machistas, misóginos, homofóbicos y quien sabe cuántas cosas más.
Pero no importa: los insultos ni nos intimidan, ni mucho menos nos hacen cambiar de pensamiento, pues nuestras convicciones no se amoldan a las modas que cambian, sino que se sostienen sobre la Palabra del eterno Dios quien hizo al hombre y le puso el orden debido.
Es este orden el que seguimos, es este orden el que promovemos.
¿No le gusta a muchos? Bien, pueden dejar de seguirnos y vaya, acogerse a lo irracional, lo inmoral, lo que está de moda, pero que pronto dejará de ser.
En cuanto a nosotros, seguiremos apoyándonos en lo que perdura para siempre.
Un solo Dios.
Un solo salvador, Jesús.
Una sola humanidad: varón y hembra.
Una sola Iglesia, que es católica y universal.
Un solo matrimonio: entre varón y mujer.
Una sola base de toda gran nación: la familia natural, es decir, padres e hijos.
Una sola cabeza del hombre, Cristo, y una sola cabeza de la mujer, el hombre.
Este es el orden divino que profesamos, y no nos apenamos, por lo contrario, con gusto lo enseñamos.
– «Pero quiero que entiendan que Cristo es cabeza de cada hombre, y que el hombre es cabeza de la mujer, así como Dios es cabeza de Cristo» (1 Corintios 11:3).
Dios, Patria y Libertad