La amistad entre Pedro Infante y Sara García
Domingo 18 de agosto de 2024
Se ha hablado mucho sobre la compleja y a veces tensa relación entre Pedro Infante, el célebre actor mexicano y Sara García, conocida como «la abuelita de México» en la Época de Oro del Cine Mexicano.
Sin embargo, pese a sus diferencias, ambos compartían una tradición entrañable cada 10 de mayo, una fecha significativa en México por la celebración del Día de las Madres.
Aunque no tenían una relación familiar, Sara García llegó a considerar a Pedro Infante como un nieto o hijo, un sentimiento que nació de una peculiar tradición que el actor mantenía con ella.
Cada 10 de mayo, sin falta, Pedro Infante acudía a la casa de Sara García, ubicada en la calle Enrique Rébsamen en la colonia Narvarte, para dedicarle la canción «Mi Cariñito», uno de sus temas más emblemáticos.
El gesto no se limitaba a la interpretación de la canción, ya que Pedro siempre llegaba montado en su caballo y le regalaba un ramo de flores mientras ella lo escuchaba desde su balcón.
Sara García, conmovida por este acto, confesó que en esos momentos veía a Pedro como si fuera su propio nieto, lo que le generaba una profunda ternura y la llevó a admirar y querer al actor para siempre.
Este ritual anual tenía un significado especial para ambos, especialmente porque Pedro Infante había vivido en la misma cuadra donde se encontraba la casa de Sara García, tras mudarse a la Ciudad de México desde su natal Mazatlán, Sinaloa.
Sin embargo, la relación entre ellos no fue siempre armoniosa. En los primeros tiempos, Sara García no toleraba a Pedro Infante, particularmente por su tendencia a llegar tarde a las grabaciones, algo que irritaba profundamente a la actriz.
En una ocasión, Sara decidió confrontarlo y, con un tono maternal, le dijo «mijito, ya vente para acá». Este regaño, que también fue una lección de vida para el actor, lo llevó a disculparse y prometer que nunca más llegaría tarde a un set de grabación.
Con el tiempo, estas interacciones fomentaron una amistad entrañable entre los dos.
Otra anécdota que destaca es cuando Sara García tuvo que convencer a Pedro Infante de participar en la película Los Tres García, ya que el actor, sorprendentemente, tenía miedo de asumir el papel. Sara le prometió que lo acompañaría en todas sus escenas y le corregiría de manera sutil cualquier error que pudiera cometer, logrando así calmar sus nervios.
Una de las historias más recordadas por Sara García fue cuando, al pasar por la casa de Pedro Infante poco antes de una grabación, lo vio sin camisa, lavando su coche.
Sin embargo, para su sorpresa, al llegar al set, Pedro ya estaba listo y la recibió con una sonrisa, diciéndole «a sus órdenes, jefa». Pedro, siempre agradecido, solía contar en el set que fue «la abuela» quien le enseñó la importancia de la puntualidad.
Estas anécdotas y el cariño que se desarrolló entre ambos actores son testimonio de una relación que, aunque comenzó con dificultades, se convirtió en una de las amistades más memorables del cine mexicano.