Opinión

Alito a terminar su misión

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Viernes 9 de agosto de 2024

Este domingo, a menos que suceda un milagro, cosa que se ve altamente improbable, debido a que el tribunal electoral del poder judicial de la federación se encuentra al servicio de los intereses de MORENA, Alejandro Moreno Cárdenas, presidente nacional del RIP (que también se encuentra al servicio de MORENA y para ser más precisos, del presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador), concretará su objetivo de reelegirse en la dirigencia nacional del tricolor.

Para ello, Moreno Cárdenas se pasará por el arco del triunfo los estatutos de su partido, la normatividad en materia electoral y la voluntad de los priistas mexicanos, contando con la complicidad de los organismos electorales y órganos gubernamentales que lo apoyan en su labor depredadora. Su objetivo es uno solo: desaparecer al PRI, para convertirlo en un membrete sin valor alguno, en un partido electoralmente muerto: el RIP.

En aras de cumplir con su misión, Moreno Cárdenas se ha valido de un monigote de paja para simular qué existe competencia interna, echando mano de la veracruzana Lorena Pigñón, que lo apoyara anteriormente en su objetivo de lograr la dirigencia nacional, sumándose finalmente a su candidatura. En esta ocasión, la presunta aspirante, simula competir, en un desesperado afán por fingir qué existe democracia partidista.

Alito tiene el encargo de López Obrador de desaparecer el PRI reduciéndolo a su mínima expresión, desalentando a los militantes, negando espacios, acaparando candidaturas para sí y los suyos, de manera tal, que de manera indirecta induzca a los militantes descontentos a buscar otros destinos, donde puedan encontrar cabida. No cabe duda que esta misión la ha cumplido cabalmente.

Alito ha sumido al RIP en una vertiginosa y pronunciada caída, perdiendo gubernaturas y espacios legislativos de manera sistemática, provocando el alejamiento o la salida de numerosos cuadros priistas, algunos de ellos muy destacados y valiosos y en general, subordinándose a los dicterios presidenciales de manera vergonzante.

Lo peor es que Moreno Cárdenas ha fingido ser opositor, para asegurar la continuidad de la hegemonía morenista en el gobierno, dividiendo con esto a las fuerzas contrarias al oficialismo y desprestigiándolas con su mala fama.

Es evidente que un individuo con tan negros antecedentes, con tan dudosa moralidad, no necesita demasiada presión para ser amedrentado y ponerse de rodillas ante el poder. Basta simplemente con que le muestren el voluminoso expediente de sus innumerables fechorías para causar efecto.

Ante tan lamentables circunstancias, es más que obvio que Moreno Cárdenas conseguirá sin mayor problema su propósito de reelegirse en la dirigencia nacional del RIP, para seguir medrando en beneficio propio y de sus allegados, a costillas de las flácidas ubres del partido, sin importar que esto signifique su extinción y aniquilamiento, pues tal es la tarea que le ha sido encomendada desde el poder.

Es en tal virtud, que Moreno Cárdenas ha pasado por encima de los estatutos partidistas y manchado el honor de la militancia tricolor, que de manera increíble, permanece impávida ante la destrucción continuada de su partido.

¿Queda gente honesta en el PRI? hombres y mujeres valientes, capaces de oponerse a los perversos designios del aspirante a sátrapa campechano? No lo sabemos, a la fecha no se notan sino un puñado que han emprendido tibias acciones ante la actividad carroñera de Moreno Cárdenas y los suyos.

Quizá por eso es que el campechano, famoso por sus raras costumbres, se ha obstinado en abrir un sector arcoiris dentro del RIP, porque sabe que no hay nadie capaz de fajarse los pantalones o las enaguas para enfrentarlo.

No sabemos si alguien será capaz de salvar al RIP. No se mira en lontananza alguien capaz de hacer la hombrada y el Chapulín Colorado ya se murió (y si viviera, seguro se habría pasado a MORENA y convertido en guinda).

Seguramente estamos asistiendo a un evento histórico, notable por sus connotaciones cataclísmicas, que significa el fin de una era, lo mismo que sucedió con la extinción de los dinosaurios, ante el impacto del meteorito.

Después de todo, recordemos que la opinión pública bautizó con ese mote a los militantes del tricolor, que a estas alturas del partido, ya están en proceso de extinción, quizá porque al priismo lo encabeza un dinosaurio rosa, de cejas depiladas y voz y maneras feminoides, provocadas quizá por el exceso de bótox.

Seguimos pendientes…

Dios, Patria y Libertad

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