La verdadera libertad radica en el cumplimiento del deber
Jueves 13 de junio de 2024
Dios hizo un hermoso jardín, plantó allí al hombre, le dijo: «cuídalo y disfruta de sus frutos».
Luego, de la propia carne de Adán, creó para él una mujer, y le dijo: «cuídala y disfruta de sus frutos».
Adán descuidó su jardín, por lo que la astuta serpiente se coló en su jardín.
Luego, Adán también descuidó a su mujer, por lo que la serpiente confundió el juicio de su consorte.
El resto es historia: hambrunas, guerras, enfermedades, dolencias, muerte. Todo porque un hombre fue negligente con su deber.
Hombre: cumple tus deberes, primero con tu Hacedor, el Dios del cielo y luego con lo que Él te ha dado: sangre y tierra.
Ésta es la verdadera libertad, aquí reside la máxima felicidad que un hombre puede encontrar: la vida determinada por los deberes sagrados.
La libertad desenfrenada, una vida sin deberes y sólo impulsada por los deseos, conduce a la miseria.
– «Goza de la vida con la mujer que amas, todos los días de la vida fugaz que Él te ha dado bajo el sol, todos los días de tu vanidad, porque ésta es tu parte en la vida y en el trabajo con que te afanas bajo el sol» (Eclesiastés 9:9).