Las consecuencias ambientales del aborto químico
Viernes 31 de mayo de 2024
Los legisladores están pidiendo a la administración Biden que se embarque en un estudio sobre el impacto ambiental de los medicamentos abortivos dado el uso cada vez más generalizado de la píldora abortiva.
En una carta del 29 de mayo al director de la Agencia de Protección Ambiental, el senador Marco Rubio, republicano por Florida, y el representante Josh Brecheen, republicano por Oklahoma, y otros, resaltaron la preocupación por el impacto del fármaco abortivo mifepristona en el agua.
La mifepristona es el primero de los dos medicamentos que se toman para inducir un aborto químico.
La mifepristona bloquea la progesterona, que es necesaria para sustentar al feto, mientras que el segundo fármaco expulsa al feto muerto.
Los abortos químicos son principalmente autoinducidos en el hogar, lo que significa que “la sangre y el tejido placentario que contienen los metabolitos activos de la mifepristona se arrojan a los sistemas de aguas residuales junto con los restos fetales del feto”, señalaron los senadores en la carta.
La carta enfatizaba el “dramático aumento” del aborto químico, señalando que el 63% de los abortos en Estados Unidos el año pasado fueron inducidos por medicamentos, en comparación con el 24% en 2011, según un estudio de Guttmacher.
Los autores argumentaron además que el fármaco «nunca ha sido suficientemente estudiado».
El medicamento, que fue aprobado en 2000 por la Administración de Alimentos y Medicamentos, «se basó en una evaluación ambiental de 1996» que no consideró el impacto ambiental potencial de los restos fetales humanos y el medicamento, alegaron.
«Cualquier estudio que se haya realizado en el pasado debe repetirse y actualizarse para reflejar el hecho de que la droga es mucho más frecuente hoy que hace tres décadas», insistieron los legisladores.
Los autores pidieron una respuesta antes del 15 de julio.