Decide Bergoglio acabar con el papado
Martes 2 de abril de 2024
A primera hora del lunes de Pascua, fuentes vaticanas filtraron a Gloria.tv el texto definitivo de un Motu proprio que el Papa Francisco publicara durante esta Semana Santa.
Se trata de su 30º motu proprio y lleva por título «Habebamus Papam». Como ya está en proceso de traducción, el texto que se envió a Gloria.tv, no sufrirá más cambios.
«Habebamus Papam» introduce modificaciones en la forma de dirigirse al Sumo Pontífice en el futuro.
Hace referencia al Papa Juan Pablo II, que habló de la necesidad de que el papado estuviera más abierto a los esfuerzos ecuménicos en su encíclica «Ut Unum Sint» (Que sean uno), publicada el 25 de mayo de 1995.
En ese documento, el difunto papa invitaba a los líderes y teólogos de otras tradiciones cristianas a entablar un diálogo sobre cómo el oficio papal, en su papel de servicio a la unidad, podría ejercerse de un modo que reflejara mejor la realidad del pluralismo cristiano.
Francisco insiste en que, después de casi 30 años, es hora de que las palabras de este Papa canonizado vayan seguidas de hechos.
Señala que ya se ha realizado un importante trabajo durante su pontificado en la actualización de los títulos papales (en italiano en el Motu proprio: «aggiornamento»).
Ya en el año 2020, escribe Francisco, suprimió algunos títulos pontificios en el Anuario Pontificio, como «Vicario de Jesucristo», «Sucesor del Príncipe de los Apóstoles» y «Siervo de los Siervos de Dios», por citar sólo algunos. El mismo Anuario Pontificio lo presenta simplemente como «Jorge Mario Bergoglio».
En la misma línea, el motu proprio «Habebamus Papam» decreta que a partir del 29 de junio, fiesta de los santos Pedro y Pablo, también se suprimirá el título de Papa.
Hay muchas razones para esta decisión.
- En primer lugar, el título Papa no es bíblico y no aparece en el Nuevo Testamento.
- En segundo lugar, San Pedro, que fue el primer Papa, nunca utilizó este título.
- En tercer lugar, en una Iglesia sinodal, en la que los obispos no sólo son iguales entre sí, sino también con los fieles, el título de Papa y sus connotaciones de absolutismo están desfasados.
- En cuarto lugar, es necesario que la Iglesia adopte una estructura de liderazgo que sea accesible a los hombres y mujeres modernos. Por último, muchos líderes de iglesias cristianas de todo el mundo utilizan el título de Presidente.
En consecuencia, en el futuro, el título de Papa será sustituido por el de Presidente, porque Presidente es un título universalmente reconocido para una función que alguien puede asumir o ceder tras un periodo de tiempo, como ha hecho Benedicto XVI.
La adopción del título Presidente también está en consonancia con la estructura de las Conferencias Episcopales, cuyo líder se denomina Presidente.
El Motu proprio también decreta que se suspenderá la práctica de cambiar el nombre de un cardenal después de que haya sido elegido Papa.
Esta medida restablecerá la dignidad del nombre de bautismo, que no debe ser sustituido por otro nombre, porque esto da la impresión de que convertirse en Papa es más que ser bautizado. Pero tal interpretación contribuye a una clericalización y jerarquización malsanas de la Iglesia.
En consecuencia, cualquier Papa futuro conservará su nombre de bautismo, y Francisco volverá a ser Jorge Mario cuando entre en vigor el motu proprio.
Dado que en el uso normal del título Presidente se utiliza con el apellido, no con el nombre, la designación oficial de un Papa en el futuro será Presidente [apellido], en el caso del Papa Francisco: Presidente Bergoglio.
Esto se ajusta a la práctica del clero secular y de los jesuitas, que utilizan su apellido en lugar de su nombre.
El nuevo motu proprio exhorta a todos los creyentes de buena voluntad a dejar atrás la nostalgia y la añoranza del pasado, explicando que este cambio está en la lógica de Ecclesia semper reformanda («la Iglesia debe reformarse siempre»).