El poema de Serrat a su madre
Jueves 1 de febrero de 2024
«¡Mi madre era capaz de sintetizar tan bien las cosas!»
Cuando era pequeño, una vez, dentro de esas dudas naturales que uno tiene de que no sabe de dónde es, que vive en una casa en la que habla con su padre en catalán y con su madre en castellano; que en la escuela te dicen que España era Cataluña y uno, con toda la buena fe, le preguntaba a su madre -quien era nacida en Aragón- «Madre, ¿y tú de dónde eres?», para ver si aclaraba mi duda; ella me contestó: «Yo soy de donde comen mis hijos».
Yo no he encontrado una definición de Patria mejor en ningún lado.
- Un día escribí este soneto; un soneto muy sencillo, muy pequeño y dedicado a uno de los personajes que más amé en la vida y que más sigo amando, que es mi madre.
No es que no vuelva porque me he olvidado
De tu olor a tomillo y a cocina
De lejos dicen que se ve más claro
Que no es igual quién anda y quién camina
Y supe que el amor tiene ojos verdes
Que cuatro palos tiene la baraja
Que nunca vuelve aquello que se pierde
Y la marea sube y luego baja
Supe que lo sencillo no es lo necio
Que no hay que confundir valor y precio
Y un manjar puede ser cualquier bocado
Si el horizonte es luz y el rumbo un beso
No es que no vuelva porque me he olvidado
Es que perdí el camino de regreso