James Earl Jones y el lado oscuro de la fuerza

Jueves 25 de enero de 2024

Mientras se rodaba la película «Star Wars» (1977) – que tiempo después conoceríamos como «Star Wars: Episode IV – A New Hope» – la producción ya tenía en claro que la voz de Darth Vader sería doblada en post-producción.

Sin embargo, se desconocía el hecho de que no se usaría la voz de David Prowse, el fisicoculturista y actor británico que interpretó a Darth Vader.

George Lucas necesitaba que Vader tuviera una voz «más intimidante» y «más oscura» (y entiéndase lo último «no en términos étnicos»).

Por esta razón, Lucas venía barajando la idea de usar la voz del reconocido actor y cineasta Orson Welles. Pero esta idea fue descartada enseguida, precisamente por ser una voz «muy reconocible».

Imaginar a Orson Welles detrás de la máscara oscura de Vader no era el efecto que Lucas deseaba.

Fue entonces cuando surgió el nombre de James Earl Jones, una voz tal vez menos reconocible que la de Welles, pero que cumplía de sobra con todos los requisitos del personaje.

Curiosamente este actor sufrió en su niñez de un grave problema de tartamudeo, por lo que se negaba a hablar en voz alta.

Pero a los 13 años uno de sus profesores descubrió que Jones tenía un don natural para la poesía, por lo que insistió en que leyera cada día una poesía en clase para que fuera corrigiendo su problema.

Y así, con el paso del tiempo, la tartamudez de James Earl Jones desaparecería y su voz grave, con esa modulación tan característica se transformaría en una de sus herramientas más valiosas como actor.

Lo demás es historia conocida.