Milei traiciona a los niños por nacer
Domingo 7 de enero de 2024
Por José Arturo Quarracino
En apenas tres semanas del ejercicio de la presidencia de la Nación, ya no queda nada de las promesas y compromisos previos a favor de la vida humana naciente asumidos por Javier Edgardo Milei como candidato presidencial. En su “refundación” de una Argentina liberal, matar al hijo sigue siendo un derecho “humano básico”, como han ayudado a instituir los dueños de las grandes empresas multinacionales a los que el otro anarcocapitalista provida les ha entregado el manejo y administración de la economía argentina y el control del Estado.
En su segunda semana como presidente de la Nación en ejercicio, Javier Milei comenzó su gestión emitiendo un Decreto de Necesidad y Urgencia, 70/2023, titulado “Bases para la Reconstrucción de la Economía Argentina”, mediante el cual deroga 8 leyes, todas de carácter comercial.
Así presentado, en primer lugar el decreto en cuestión presenta una grave imperfección jurídica, ya que dispone la derogación total de leyes, las cuales tienen en el sistema jurídico un rango superior, razón por la cual una ley puede derogar un decreto, pero nunca un decreto puede derogar una ley.
En segundo lugar, no se entiende el motivo por cual el presidente Milei no incluyó en el decreto la derogación de la ley 27.610 que legalizó el aborto en Argentina, sancionada en el año 2020, ya que su aplicación durante los dos primeros años de vigencia ha significado para el Estado argentino una erogación de aproximadamente u$s 82.000.000 (82 millones de dólares), ya que según la ley sancionada debe hacerse cargo de los costos y gastos que requiere cada intervención criminal (un promedio de u$s 500 por niño asesinado en el vientre materno). Una erogación que, según la concepción anarcocapitalista pregonada por Milei antes de la campaña presidencial y durante la misma debería ser asumida por quien decide abortar, no por el Estado.
En este sentido, a causa de su proclamado compromiso previo, durante los últimos 5 años, de defensa de la vida humana desde la concepción, y que el aborto constituye un asesinato del que no tiene que hacerse cargo el Estado, el presidente Milei bien podría haber decretado la derogación de esa infame ley, ya que la misma fue sancionada como materia de salud pública, para asegurar a las mujeres el “derecho” a matar a un hijo al que se le niega su derecho a vivir (primer derecho humano básico). Ha quedado y está bien a la vista que actualmente, el Estado argentino asegura, ampara y subsidia el asesinato prenatal, lo cual le ha significado un gasto -ya que el acceso al aborto es gratis- de u$s 82 millones en dos años, lo cual constituye un sinsentido no solo moral, sino hasta esquizofrénico: la razón de ser del Estado es proteger a sus ciudadanos, nacidos y no nacidos, no promover, colaborar y sustentar su asesinato.
Antes de ser elegido presidente, Javier Edgardo Milei fue siempre muy claro y contundente respecto a la defensa irrestricta de la vida humana antes de nacer. En ese sentido, llegó a decir que “el aborto es un asesinato en el vientre de la madre”, porque “la vida comienza en el momento de la concepción y termina cuando la persona muere. Cualquier interrupción en el medio es un asesinato” (en https://youtu.be/RkY2zTncKXI?
Lo mismo acontece en el Proyecto de Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos, enviado al Congreso Nacional para “refundar” la Argentina según los principios del Liberalismo. Un proyecto de ley que consta de 664 artículos y que en varios sentidos constituye una reforma constitucional encubierta, pero que deja intacta la vigencia de la Ley 27.610/20 que legalizó el asesinato prenatal (aborto) en el país.
En otras palabras: traicionando todas sus declaraciones anteriores, para el ex provida Javier Milei el aborto es un derecho ganado que no se discute en la “nueva” Argentina que pretende imponer como futuro venturoso para la Argentina a larguísimo plazo. Una Argentina liberal en la que el derecho a matar al hijo tiene total y absoluta vigencia, a pesar de que hasta hace muy pocas semanas el hoy presidente decía totalmente lo contrario. Un auténtico caso de esquizofrenia moral y política, todo sea para beneficiar a sus benefactores y sostenedores vinculados a la plutocracia globalista angloamericana y a su política de impedir la llegada de nuevos seres humanos al mundo, como sea. No por casualidad, una vez elegido y consagrado presidente, Javier Milei abandonó a todos los libertarios que lo acompañaron inicialmente, para rodearse de funcionarios y personajes provenientes de las grandes empresas multinacionales “argentinas”, con sede en paraísos fiscales, que forman parte del Consejo de las Américas[1], de la familia Rockefeller, pionera y ariete del plan globalista de imponer el asesinato prenatal como política de Estado en todos los países del mundo.
Una Argentina “liberal”, gobernada por la plutocracia globalista depredadora y genocida: en eso se ha transformado o mutado el proyecto del otro libertario anarcocapitalista, hoy siervo y ariete del poder político y económico que es el “dueño” de la Argentina.