Haced actos de alabanza y bendición a Dios
Jueves 14 de septiembre de 2023
La alabanza a Dios es muy importante que la hagáis porque toda la Santísima Trinidad está siendo muy blasfemada incluso por los niños.
Debéis proponeros hacer actos de alabanza y de bendiciones hacia Dios. Es bueno y necesario la reparación pero también la alabanza y si juntáis reparación y alabanza todavía es mejor. Debéis de compensar todo el odio y la ingratitud de tantas almas que Nos odian (a la Santísima Trinidad) sin motivo alguno y sin conocimiento alguno de lo que Somos. Si insultaran a vuestra madre biológica o a vuestros hijos o familiares os dolería mucho y os irritaríais, mucho más si ellos son buenos. Pues bien, Nosotros en el Cielo queremos reparación y alabanzas por todo lo que recibimos que son fruto de las sugerencias demoniacas que tienen agarradas a tantas almas.
Quien no vive la vida del espíritu y sólo vive la del mundo, no crecerá en virtud, porque el espíritu es el que recibe la gracia de Dios y ésta es la que transforma el ser de la personas. Debéis de ser almas espirituales, almas de oración y de alabanza a Dios, porque el Maligno ya se encarga de meteros la cizaña y hacer de vuestros criterios un mar de ingratitudes, de indiferencia y en muchísimos casos de blasfemias.
Normalmente no se blasfema contra dioses que os son desconocidos o que se sabe que no existen, pero sí blasfeman contra la Santísima Trinidad o contra la Virgen, los Ángeles y los santos y eso es un pecado gravísimo propio de personas que pertenecen -sin ni siquiera ellas saberlo- a Satanás. Por tanto hijos, sed consecuentes y haceros más espirituales. Bendecid a Dios, alabadlo constantemente ¡Qué fácil es ir por la calle diciendo alabanzas a Dios! Esto irrita al Maligno y lo aleja de vosotros. No digáis nunca blasfemias ni nada negativo de la Santísima Trinidad delante de los niños, porque eso se les queda grabado a los pequeños y aunque no saben discernir la malicia de estos pecados ellos los imitan y creen que si los dicen sus progenitores no es cosa mala.
Sed pues personas con lengua recatada y prudente, no os volváis contra quienes un día os juzgará. Tratad de hablar con moderación y pureza en vuestras conversaciones, sin atacar ni insultar a nadie, pero mucho menos a Dios Santísimo, porque a Dios nada se le escapa y todo lo tiene en su presente que es eterno.