Religión

Crece la asistencia de la Misa Tradicional en Miami

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Miércoles 6 de septiembre de 2023

CRECE LA COMUNIDAD DE MISA EN LATÍN EN MIAMI 

La comunidad de la misa en latín en Miami ha aumentado más del doble en los últimos cinco años —de un promedio de 112 feligreses en 2017 a 320 en 2023—, según los registros tomados por Frank Andollo, quien asiste a los servicios desde hace 10 años. La gente conduce desde lugares tan al norte como el Condado Palm Beach y tan al sur como los Cayos para llegar a la misa en latín en Belén los domingos. 

¿A qué se debe este crecimiento? 

“Atrae a la gente porque creo que les atrae la autenticidad”, dijo José Ballon, director del coro. “No quieren algo diluido o comprometido”. 

Ballon, de 28 años, se refería a las tradiciones que se honran durante la misa en latín, en comparación con el nuevo orden de misa, o Novus ordo, el servicio religioso con el que la mayoría de los católicos están familiarizados hoy en día. 

“Hay paz, hay tranquilidad, hay momentos de silencio”, dijo Ballon. “Mientras que, en otras iglesias, y no quiero presumir, se trata más bien de que todo el mundo cante o de que todo sea un gran espectáculo para mantenerse despierto. Creen que es necesario seguir las tendencias del momento… Me encanta la música pop rock, pero no me gustaría en la iglesia”.  

“APELAR A LA TRADICIÓN” EN UN MUNDO ACELERADO 

En Miami, la arquidiócesis la misa tridentina un sábado al mes en la iglesia católica de Nuestra Señora de Lourdes, pero para la floreciente comunidad esto no era lo suficientemente frecuente: como resultado, el grupo organizó una misa en latín semanal en la capilla de Belén bajo la bendición del arzobispo de Miami Thomas Wenski, quien dijo comprender el atractivo del tradicionalismo católico en una época de creciente secularismo. 

“Lo que creo que atrae a algunas personas a la forma tradicional de la misa es el hecho de que es una apelación a la tradición”, dijo Wenski. “Hoy en día, vivimos en una época de cambios rápidos y a veces ese cambio rápido puede ser un poco desconcertante o desorientador, por eso la tradición parece una forma de anclarse”.  

Para muchos feligreses, gran parte del atractivo consiste en conectar con una comunidad católica más tradicional. 

“Yo estaba en un momento de mi vida en el que buscaba una comunidad católica más profunda y auténtica y eso es lo que encontré cuando empecé a ir a la misa en latín”, dijo Andollo, añadiendo que le atrajo el hecho que, después del servicio, la gente no corre a sus autos, sino que se queda para charlar, comer pasteles y beber café. 

“Mantenían conversaciones sobre su fe, se animaban mutuamente en su vida espiritual y se daban consejos”, dijo. “Eso me inspiró mucho. Me encanta estar allí y ver eso”. 

Andollo dijo que también está aprendiendo sobre las tradiciones católicas que la gente puede haber olvidado después de las reformas litúrgicas del Vaticano II, como la Fiesta de la Presentación de la Santísima Virgen María y la Candelaria o la Fiesta de la Presentación de Jesucristo. 

“Todas estas son hermosas tradiciones que se remontan a los primeros días de la Iglesia”, dijo Andollo. “Esta es una cultura que no se restringe únicamente al hecho de que yo sea estadounidense o cubano, […] todos podemos compartir esto como algo que une a los católicos de todo el mundo”. 

Juana María Correa, cuya hija canta en el coro, creció yendo a la misa en inglés, pero prefiere la misa en latín porque la ve más conectada con Dios. 

“Cuando conoces la misa en latín, ya no puedes volver atrás”, dijo Correa. “La primera impresión es que es tan santa, que no eres el centro de la misa, el sacerdote no te está mirando. […] Lo importante es que está hablando con El Señor, representándonos, entregándole nuestras oraciones y nuestras necesidades. Está rezando por nosotros”.  

PREOCUPACIONES DEL PAPA FRANCISCO 

La misa no siempre se ha celebrado en latín. 

Hubo un tiempo en el que los primeros católicos usaban la lengua que hablaban (probablemente arameo o griego) para celebrar la misa. En el siglo XVI, el Papa Pío V unificó el rito de la misa en latín. Se convirtió entonces en la lengua estándar de Europa Occidental para las comunicaciones eclesiásticas durante siglos, dijo Ana María Bidegain, profesora de Estudios Religiosos en la Universidad Internacional de la Florida (FIU). 

Sin embargo, entre principios y mediados de la década de 1960, el Concilio Vaticano II, con el fin de hacer la Iglesia más abierta, decretó que los altares debían darse la vuelta y que los sacerdotes debían estar de cara a los feligreses al celebrar la misa. Se dio más protagonismo a los laicos y se fomentó que las misas se celebraran en inglés o en la lengua materna de la gente. 

En los últimos años, el papa Francisco opinó en contra de volver a la misa en latín, restringiendo esta práctica en 2021. Las misas tradicionales en latín ahora deben ser aprobadas por un obispo o arzobispo y celebradas en casas de culto que no estén conectadas a una parroquia católica, para no mostrar signos de desunión en la Iglesia. 

En una sesión privada con jesuitas durante un viaje a Budapest en abril, el Papa dijo que le preocupaba la “reacción contra lo moderno” y que los grupos de misa en latín apoyan el “restauracionismo o lo que él llama indietrismo (atraso)“, de acuerdo con la Agencia Católica de Noticias. 

En algunos lugares de Europa, la Misa en latín se celebraba de “forma ideológica”, según el Papa Francisco, quien es parte de lo que motivó sus restricciones. 

Wenski dijo que, a pesar de la contención entre el Papa Francisco y los adherentes a la misa en latín, no hay conflictos en Miami. 

“Este grupo en Miami ha sido muy claro en cuanto a que no está tratando de seguir la ideología o sugiriendo que la forma ordinaria de la misa es de alguna manera incorrecta o inaceptable”, dijo Wenski. “Puede ser diferente, pero no necesariamente controversial”. 

Dijo que la misa en latín es solo una de las muchas formas de misa que se celebran en Miami: la Iglesia Católica Griega Melquita de San Judas en Brickell, por ejemplo, se celebra en inglés y árabe y a ella asisten católicos que siguen la tradición bizantina o griega de culto; por su parte, la Arquidiócesis de Miami ofrece misa en más de 15 idiomas, entre ellos creole, coreano, portugués y ucraniano. 

“Hay diferentes maneras de expresar nuestra unidad”, dijo Wenski. “Unidad no significa necesariamente uniformidad”.  

INFLUENCIA DE LAS REDES SOCIALES 

Las redes sociales han sido uno de los principales factores para atraer a los miembros más jóvenes a la misa en latín. 

Ryan Ramos, bombero y paramédico de Miami-Dade, se enteró de la existencia de la misa en latín en enero a través de una publicación en Instagram que le llamó la atención. Se presentó en la iglesia de San Agustín de Coral Gables la semana siguiente (antes de mudarse a la Capilla de Belén, los servicios se habían realizado allí). Aunque siempre se ha identificado como católico y creció yendo a Blessed Trinity en Miami, Ramos dijo que en algún momento se sintió menos conectado con sus raíces religiosas. 

“No llevaba una vida católica, no era activo en mi fe, estaba como aletargado”, dijo Ramos, de 24 años. “Me di cuenta cuando tenía tan poco que necesitaba volver a lo que me hacía feliz de niño y eso era ir a la escuela católica: tener amigos”. 

Luego de su primera visita a la misa en latín, uno de los miembros más jóvenes se acercó a Ramos y lo invitó a comer. Ahora forma parte de un grupo más amplio de miembros que van a la misa en latín que tienen veintipocos años, a los que llama su familia. 

“Hacer todos esos amigos y familiares crea un vínculo más fuerte en la fe […] al tener esa camaradería. Es un grupo de apoyo”, dijo Ramos. “Nadie quiere estar solo”. 

Nacido y criado en Lima, Perú, Ballon, director del coro de Belén, también usó la tecnología para aprender más. En la escuela, a Ballon le encantaban “todas las cosas de los años 60” y sentía curiosidad por saber cómo celebraban el culto los católicos de entonces. Encontró videos en YouTube y se dio cuenta de que la música era diferente a la de la misa a la que estaba acostumbrado. Esa investigación casera lo impulsó a empezar a ir a una misa en latín hacia 2010. 

“Recuerdo que tuve la oportunidad de confesarme antes de la misa y luego recibir a nuestro bendito Señor en el sacramento. Fue una experiencia maravillosa, como si realmente sintieras que algo se movía en ti”, dijo Ballon. “Era como una sensación de paz interior, sobre todo después de comulgar. Me enamoró por completo”. 

Ballon, quien estudió Educación musical profesionalmente en FIU, se encarga de arreglar la música semanal para la misa, facilitar los ensayos y dirigir el coro de Belén. Aunque le gustan géneros ajenos a la música sacra, como el pop rock, aprecia cantar en latín. 

“Hay una profunda conexión al saber que personas de todo el mundo que ni siquiera hablan los idiomas pueden rezar juntas usando la lengua común, por eso el latín es importante”, dijo Ballon. “Es una manera de unirnos”. 

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