Religión

SE ACERCA NUESTRA LIBERACIÓN

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Viernes 28 de julio de 2023

Por Rosamaría González Romero

“Los sínodos de la apostasía”

La exclusión de Jesucristo y de la verdadera fe cristiana por parte de los obispos y sus diócesis alemanas, que con el llamado “sínodo alemán” están convirtiendo las estructuras de la Iglesia en Alemania en una fundación no gubernamental
mundana, sin principios cristianos, sometida al pensamiento del mundo, promotora de la ideología marxista y de género, del aborto, la eutanasia, la religión universal única, el Nuevo
Orden Mundial, etc. no es privativa de las jerarquías diócesanas germanas, sino que está presente en diócesis y parroquias de toda la Iglesia universal.

El objetivo de los obispos apóstatas de Alemania (que no son todos, gracias a Dios) es hacer a un lado el depósito de la verdadera fe que profesamos y reinventar otro Cristo y otra Iglesia.

¿Por qué no se van de la Iglesia católica como lo hizo el gran apóstata, Martin Lutero, si les parece obsoleta la enseñanza y dudan de la divinidad de Jesucristo?

Pienso que no se van porque ya no están – o nunca lo estuvieron- al servicio de Jesucristo y del plan de Dios para la humanidad, sino que con conciencia y alevosía sirven a quien se opone a
Cristo.

Quieren quedárse con las estructuras, edificios y templos y quieren seguir llamándose Iglesia católica en Alemania para que los fieles católicos confundidos y amedrentados, vivan una vida opuesta a Jesucristo bajo amenaza de ser excomulgados si no obedecen las “decisiones sinodales”.

En el libro “A los sacerdotes, hijos predilectos de la Santísima Virgen”, el padre Gobbi nos regaló el mensaje que le diera la Virgen de Fátima en forma de locución interna un 28 de julio del año 1978, lo tituló “Velen y oren”, lo copio a continuación:

«Todos estos Sacerdotes hijos míos, que han traicionado el Evangelio para secundar el gran error diabólico del marxismo…
Sobre todo por su causa, vendrá pronto el castigo del comunismo y despojará a todos de todo. Llegarán momentos de gran tribulación. Entonces serán estos pobres hijos míos los
que comenzarán la gran apostasía. ¡Velen y oren todos ustedes, Sacerdotes fieles a Mí!»

Aunque sabemos que la Iglesia católica, el cuerpo místico de Jesucristo nunca será destruida en cuanto que siempre habrá un “pequeño rebaño”, un “resto fiel” que se mantendrá perseverante en la caridad y en la fe hasta el final, más allá de
la persecución y de que no haya templos – por un tiempo, no largo- a dónde acudir para recibir y adorar a nuestro Señor.

Es verdad que cantidad de pastores – párrocos y vicarios- que aman ser sacerdotes y que tanto recibimos de ellos, durante su formación sacerdotal fueron malamente influidos de
ideología marxista, a través de la “teología” de la liberación.

Es sano a mi entender que en base al Código de Derecho Canónico, abordemos fraternalmente a nuestros pastores cuando en sus prédicas y en sus catequesis pareciera que dieron de baja los diez mandamientos y evitan hablar de la
existencia del purgatoio, del infierno, del demonio y de la necesidad imperiosa del arrepentimiento de nuestros pecados
y de la confesión sacramental.

Es nuestro derecho y nuestra obligación hacer esas correcciones, con respeto y prudencia.

Para finalizar, retomando el tema del sínodo alemán y subrayando que éste va abriendo brecha a todas las diócesis del mundo que están por la labor de trabajar para “otro Cristo
y otra Iglesia”, conviene estar atentos: velando y en oración.

El llamado “sínodo de la sinodalidad” está diseñado de tal forma, que tomando como ejemplo al sínodo alemán, toda la
Iglesia universal (con sus estructuras mundiales, templos, edificios, liturgia, fieles confundidos y engañados, etc.) se concrete de manera universal esa gran apostasía descrita por
nuestro Señor Jesucristo en Mateo, 24.

Allí mismo, también nos anuncia que cuando suceda esta apostasía, debemos estar contentos, “porque ya se acerca nuestra liberación”.

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