México

Una marxista trotskista encabeza la oposición en México

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Jueves 20 de julio de 2023

Las precampañas electorales en México toman cada vez una perspectiva más bizarra, los partidos políticos oficiales ya han abandonado abiertamente cualquier postura ideológica ajena a la izquierda y hoy el partido de centro, Partido Acción Nacional (PAN), abandona toda posibilidad de abanderar a un candidato medianamente conservador y apuesta de lleno por la izquierda radical con un apoyo contundente a la candidatura de la senadora Bertha Xóchitl Gálvez Ruiz.

¿Pero quien es esta política a la que comúnmente se le denomina a secas, “Xochitl”? Es una ingeniera y empresaria mexicana de 60 años, su carrera ha estado marcada por una clara tendencia al globalismo, el socialismo, el feminismo y el indigenismo, aquí algunos puntos a considerar de su trayectoria:

  • En 1999, obtuvo el reconocimiento por el “World Economic Forum de Davos Suiza”, como una de las “100 líderes globales del futuro del mundo”, siendo esta la principal organización a nivel internacional que busca posicionar políticos dispuestos a entregar cada vez más soberanía de sus naciones a las grandes organizaciones mundiales;
  • Fue candidata a la gobernatura del estado mexicano de Hidalgo en 2010, encabezando una extraña coalición conformada por el PAN (partido de centro), el PRD (partido de izquierda) y el PT (partido de extrema izquierda), perdiendo la elección y quedando en el segundo lugar;
  • Ha sido designada por su partido, el PAN, como integrante de la comisión especial en el senado para la implementación de la agenda 2030 en México;
  • En sesiones del senado mexicano se ha declarado pública y abiertamente como de origen “marxista y trotskista”;
  • Pese a ser mestiza, ella dice identificarse únicamente como indígena y no teme en mostrar su admiración abierta por líderes del supremacismo indigenista como el narco dictador Evo Morales;

Está comprometida con el feminismo radical y la agenda del aborto en México, es común que aparezca portando simbología e indumentaria de esta corriente ideológica en público;

  • En una participación suya en el senado, el 7 de marzo de 2019, mientras se votaba un dictamen para legalizar el aborto a nivel nacional, Xochitl defendió el asesinato de niños en el vientre fervientemente pintándolo como un “tema de salud” y un “derecho humano”, esto aún y cuando, en teoría, los estatutos del PAN ordenan a la militancia la defensa de la vida desde la concepción;
  • En 2020, pretendió impulsar una iniciativa de reforma a la Ley Federal del Trabajo que tuviese por objeto forzar a todas las empresas del sector privado en México a igualar el número de hombres y mujeres en todas sus posiciones;
  • Xochitl, en entrevista con la periodista Adela Micha, manifestó estar a favor de la legalización de las drogas en México, admitiendo incluso ser consumidora de hongos alucinógenos, peyote y ayahuasca, en sus palabras, “con fines espirituales”;
  • La senadora participa de forma regular en las marchas y actividades de la comunidad LGBT en México, apoyando incluso los “Drag Queen Shows” que la gobernante de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum del partido oficialista MORENA, ha ofrecido a niños; y
  • Finalmente, en tiempos más recientes, Xochitl ha amenazado con acabar con el esquema de negocio de empresas como Uber, Rappi, Didi, etc. a las que considera cómplices de la precariedad laboral en México, país en el que las cargas a los negocios por parte del gobierno provocan que 9 de cada 10 emprendimientos quiebren al primer año de apertura.

Considerando estos puntos es claro que la estrategia de la “oposición” que pretende el PAN en México, es radicalizar su postura de izquierda para asemejarse lo más posible al régimen de Lopez Obrador y su partido MORENA.

El PAN ha muerto como opción política congruente, al dar una estocada más a los principios y valores de sus militantes, acción de la cual muy seguramente no se podrá levantar y lo manchará para el resto de su historia.

Quien aquí pierde como siempre es el ciudadano mexicano, quien hoy no cuenta con opciones en la boleta electoral que no sean de izquierda.

Hay que reflexionar, ¿Puede llamarse democrática una elección en la que solo se vota por una ideología política? ¿Solo hay izquierda roja o izquierda azul? ¿Qué pasa con los millones de mexicanos patriotas y conservadores que hoy no se encuentran representados por ninguna fuerza política?

Parece que la única esperanza de aquellos que no ven una derecha organizada en México podría ser el eventual destape rumbo a la carrera presidencial de Eduardo Verastegui y su “Movimiento Viva México”, que promete estar gestando una opción de derecha patriota para todos aquellos que se sienten traicionados por los partidos políticos oficialistas y que de lanzarse, sin lugar a duda marcaría un antes y un después en la política mexicana.

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