Espectáculos

Los Picapiedra introdujeron la masonería a los dibujos animados

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Miércoles 28 de junio de 2023

¿Pedro Picapiedra y Pablo Mármol eran masones? la respuesta totalmente es sí

¿Recuerdan aquella hermandad de los Bufalos Mojados a cuyas reuniones asistían de vez en cuando Pedro Picapiedra y Pablo Mármol ataviados con un sombrero de piel de búfalo?

Pues bien, los Búfalos Mojados no eran otra cosa que los modernos Shriners de la edad de piedra.

Los Shriners son muy populares en Estados Unidos. Suelen participar en desfiles y muchos actos públicos.

Se les identifica por llevar la cabeza cubierta con un fez, típico gorro árabe, e identifican sus logias con símbolos y nombres de connotación islámica.

Véase el símbolo que los Búfalos Mojados llevan en su gorro que recuerda la media Luna árabe.

Los Shriners tienen fines benéficos y se dedican básicamente a ayudar a financiar hospitales. Sus reuniones aparecen con frecuencia en las películas y series norteamericanas.

Para pertenecer a los Shriners es imprescindible ser miembro de la masonería.

Para más señas, Pedro Picapiedra y Pablo Mármol eran obreros de la construcción trabajando en una cantera, que procedía de la más antigua de las formas de entender la masonería, la operativa: los que picaban la piedra.

Y es que la masonería surgió de las corporaciones de obreros de la construcción en la Edad Media, canteros alemanes y constructores ingleses y franceses que entonces eran algo más que asociaciones de oficios.

La masonería tiene su origen en la Edad Media y fue fundada por obreros especializados en la construcción.

Los Búfalos Mojados era la logia a la cual pertenecían los protagonistas masculinos Pedro Picapiedra y Pablo Mármol de la serie animada de los años 60.

Estos dibujos animados reflejaban la clase media de la sociedad estadounidense con sus salidas al campo, barbacoas en el jardín, partidas de bolos y un vehículo primitivo, en el contexto histórico de la Edad de Piedra.

Pedro era un obrero de la construcción trabajando en una cantera, más en concreto, a lomos de una grúa, un dinosaurio que no hacía otra cosa que quejarse del duro trabajo que realizaba.

Uno de los recursos humorísticos utilizados en sus aventuras era el empleo de animales en las acciones cotidianas. Incluso cuando un personaje tomaba fotografías con una cámara instantánea, un ave salía de ella y picaba una roca con su pico.

Si nos centramos en Pablo, segundo personaje principal de la serie y cómplice fiel de Pedro, lleva apellido de roca: Mármol.

Ambos vivían en la ciudad de Piedradura y pertenecían a una sociedad secreta en la que no podían entrar mujeres. Recuérdese el capítulo en el que las sufridas esposas Vilma y Betty se disfrazan de hombre para ser admitidas en una de sus tenidas. 

Empero, pese a la aparente inocencia de la serie de dibujos animados, a través del humor, los masones van deslizando a la infancia, la parte más vulnerable de toda sociedad, pequeñas dosis de veneno.

Primero, promoviendo la pertenencia a este tipo de agrupaciones y luego, sugiriendo contextos contrastantes con el pudor y la moral tradicionales.

No olvidemos que Pedro y Vilma fueron la primera pareja televisiva animada en aparecer juntos en el lecho de una cama, ya que la masonería siempre ha promovido ser una institución con una filosofía abierta y liberal.

(Pero la masonería no se ha limitado a los personajes de Hanna Barbera, en un episodio de Los Simpson, el bobo de Homero trata de ingresar en lo que parece una logia masónica.

Se sabe que es una logia masónica porque al rito de iniciación se llega con los ojos vendados, se hace un juramento para guardar secreto y se invita a seguir determinados valores).

Volviendo a Los Picapiedra, si bien tanto Pedro como Pablo eran dos sentimentales cuyo comportamiento a lo largo de los capítulos de la serie es absolutamente intachable, hay un episodio en que la logia entera asiste a una convención en Frantic City, una hipotética ciudad del placer, con la consecuente indignación de Vilma y Betty, en contraste con los ojos agrandados y la mueca de una sonrisa sempiterna que el dibujante fijó en Pedro y Pablo.

Tal cual son los masones: taimados y de conducta solapadamente hipócrita, que tras un supuesto disfraz de filantropía, esconden su verdadero rostro, de adoradores de Lucifer (el gran arquitecto del universo) y sus verdaderos propósitos, de destructores de la civilización cristiana.

Seguimos pendientes…

Dios, Patria y Libertad

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