Intentos en marcha para redefinir el embarazo forzado en el derecho internacional
Sábado 6 de mayo de 2023
El término “embarazo forzado” vuelve a estar en la agenda de la ONU mientras las naciones comienzan a negociar un tratado sobre crímenes contra la humanidad. Este es un viejo debate que las naciones pro-vida han ganado hasta ahora.
Cuando los gobiernos negociaron los Estatutos de Roma de la Corte Penal Internacional (CPI) a finales de los 90, las naciones que apoyaban el aborto insistieron en definir el “embarazo forzado” como la incapacidad legal para abortar. Esta coalición de naciones mayoritariamente occidentales fue derrotada por el cabildeo (lobbying) persistente de los grupos pro-vida.
La definición acordada ahora en el derecho internacional se volvió bastante estrecha: embarazar a una mujer y mantenerla cautiva hasta el nacimiento con el fin de cambiar la composición étnica de un país.
El esfuerzo por cambiar esta definición para incluir el aborto está ocurriendo en todo el sistema de la ONU.
En su “Informe sobre el estado de la población mundial”, recién publicado, el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA, por sus siglas en inglés) afirmó que la definición de la CPI de “embarazo forzado” “ha sido interpretada más ampliamente por los defensores para incluir, por ejemplo, situaciones en las que a una persona embarazada se le niega un aborto”.
El UNFPA cita a una organización de defensa llamada Equality Now (Igualdad Ya), que brinda su propia definición: “El embarazo forzado se define como cuando una mujer o una niña quedan embarazadas sin haberlo buscado o deseado, y se niega, obstaculiza, retrasa o dificulta el aborto”. Esta definición no está tomada de ninguna resolución negociada, mucho menos de un tratado vinculante.
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La definición de Equality Now también omite partes cruciales de la definición del Estatuto de Roma, como la frase “el confinamiento ilegal de una mujer a la que se ha dejado embarazada a la fuerza”.
A principios de este mes, los delegados que debatían el lenguaje en un proyecto de convención sobre crímenes de lesa humanidad también plantearon este tema.
El representante del Reino Unido citó “la repugnancia de la injerencia forzosa en los derechos reproductivos” y pidió que se “fortaleciera” la definición de “embarazo forzado” en consecuencia. Los delegados de Cuba y Canadá también expresaron interés en redefinir el término, y el delegado de Canadá dio a entender que la frase ya había “evolucionado con el tiempo”.
Entre los que presionan por esta “evolución” se encuentra Human Rights Watch, que ofreció recomendaciones que incluyen la eliminación del lenguaje de la definición de “embarazo forzado” que hace referencia a leyes nacionales. También recomendaron la eliminación de la “definición limitante de ‘género’ que se insertó en el Estatuto de Roma”.
La palabra “género” se ha vuelto omnipresente en los documentos de la ONU, siendo a menudo usada como una forma de promover cuestiones de orientación sexual e identidad de género que no serían aceptables si se declararan explícitamente. Sin embargo, el “género” se definió en el Estatuto de Roma, luego de una extensa negociación, en referencia a “los dos sexos, masculino y femenino, dentro del contexto de la sociedad”, y agregó que “el término ‘género’ no indica ningún significado diferente de lo anterior.”
En las negociaciones sobre el borrador del tratado sobre “crímenes contra la humanidad”, varios países, principalmente occidentales, expresaron su deseo de rechazar la definición de género del Estatuto de Roma, que había aparecido en un borrador anterior del tratado pero que desde entonces había sido eliminada. El delegado del Reino Unido se refirió a esa definición como “ya no apropiada”.