Opinión

¿Pueden los panistas yucatecos confiar en Liborio Vidal?

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Viernes 21 de abril de 2023

Conocer la historia, es ser consciente de los detalles y circunstancias que rodean los acontecimientos.

Conocer la historia, nos permite de alguna manera, con el entendimiento del pasado, anticipar el futuro.

De tal suerte y ante el advenimiento de la época electoral, un asunto toral para los ciudadanos, es elegir a la persona que deberá representarnos haciéndose cargo de las funciones de representatividad en el orden público.

Es por eso, que es menester conocer las circunstancias que rodean a cada individuo, para intentar, en la medida de lo posible, entender su conducta y su probable proceder.

Del conocimiento de las circunstancias particulares de cada persona, depende muchas veces, tomar la mejor decisión, a partir de una convicción responsable y debidamente documentada.

Y como es un hecho incontrastable, que la memoria social es corta y que muchos de los potenciales electores, por razones de edad, desconocen acontecimientos y circunstancias, consideramos esencial realizar una retrospectiva, que contribuya a una decisión informada.

Para muchos en nuestra entidad, no son novedad ni noticia, las aspiraciones de Liborio Vidal, secretario de educación en funciones, a la primera magistratura estatal.

Ya anteriormente habíamos reseñado la trayectoria partidista del político vallisoletano, que podría, reiteramos, emular a la selección nacional de fútbol, llegando al quinto partido.

Pero punto y aparte de lo anterior, es menester subrayar que Vidal Aguilar pretende acceder a la gubernatura, como candidato del Partido de Acción Nacional, un instituto político al que en el pasado, Liborio persiguió y reprimió.

Recordemos que en 1990 Liborio, entonces alcalde de Valladolid, encabezó una brutal represión contra los panistas de la localidad, llegando a la agresión física y el encarcelamiento de algunos de ellos.

Imposible olvidar la noche negra del 28 de diciembre de 1990, en la que, a bordo de más de 30 camionetas antimotines, fueron trasladados detenidos a Mérida, más de cien panistas, inconformes con los resultados de las elecciones, que afirmaban, pretendía manipular a su favor, Vidal Aguilar.

Las detenciones llegaron al extremo de las agresiones contra la señora Esther López y el doctor Justo Herrera y muchos militantes y simpatizantes blanquiazules, que protestaban por las irregularidades registradas en el proceso electoral.

En resumen, esto fue lo que detonó la represion a los panistas 28 de diciembre de 1990 en Valladolid:

La cantidad de irregularidades acontecidas en el proceso electoral, propició que los panistas instalaran un campamento en protesta por el robo de las elecciones a presidente municipal, en perjuicio del doctor Justo Herrera, siendo favorecido Liborio Vidal Aguilar, entonces militante del tricolor.

Ese día, en un predio cercano al palacio municipal, se realizó una junta con gente de Liborio y el doctor Herrera, para tratar de conciliar y llegar al acuerdo que posibilitara desalojar el campamento.

A media junta, colaboradores de Liborio corrieron el rumor de un supuesto secuestro contra el doctor Herrera, azuzando a la gente del campamento, que indignados, rompieron vidrios del comercio de Liborio, que gente ajena aprovechó, para el desorden, corriendo el rumor de que fueron simpatizantes blanquiazules, quienes saquearon la tienda de electrodomésticos.

Esto dio pie para que tres horas más tarde, una horda de priistas, encabezados físicamente por Vidal Aguilar y apoyados por policías estatales, bajo el mando de un comandante de apellido Lugo, tomaran por asalto el campamento instalado frente a palacio municipal, deteniendo con lujo de violencia, a varias personas, entre hombres y mujeres, varios de ellos de la tercera edad.

Además, con lista en mano, en casas particulares detenían a los panistas y sus simpatizantes, entre ellos al mismo doctor Justo Herrera, en su propio consultorio.

También fueron aprehendidos la señoras Esther López, Josefina Buenfil y la esposa del doctor Herrera entre muchos otros.

Fueron 139 detenidos, apaleados con saña, algunas personas resultaron con fracturas de las costillas, como sucedió con la señora Esther López y hubo hasta un baleado.

Los panistas fueron llevados a la capital (Mérida), siendo trasladados al estadio. Cabe mencionar que de los 139 detenidos, fueron liberados al día siguiente, 118, quedando 21 consignados al CERESO meridano, lo que dió pie a protestas en Valladolid y Mérida.

Después de varios días de protestas, los panistas ante la falta de pruebas que los inculparan, fueron liberados, como queda constancia en diversos medios de comunicación escritos.

Varias de las voces, incluyendo las iglesias que se solidarizaron con las víctimas, fueron hechas a un lado por la CNDH y su resolución fue justificar la represión, por el «saqueo a la tienda de electrodomésticos».

Este fue un episodio que año con año se recordaba en el municipio, hasta el año 2020, en que por intereses de grupo y partido, se fue echando al olvido ese terrible episodio .

Despues de lo acontecido, Liborio durante dos décadas se ensañó con los blanquiazules, cómo oportunamente se ha publicado en diversos medios digitales y escritos.

Como muestra de ello, recordemos que en 2009 metió a la cárcel, a Francisco Cohuó Suaste, hermano del actual (y desmemoriado) alcalde de Tizimín.

A mayor abundamiento, en Valladolid se afirma, que el actual alcalde (panista) en funciones, es adversario acérrimo de Liborio, pues en el último proceso electoral, Vidal Aguilar pidió a sus partidarios, votar a favor de los guindas.

Tras recordar o conocer tales acontecimientos, cabe preguntarse: ¿Deberían los panistas otorgar su confianza a Liborio Vidal Aguilar?

¿Podrán los familiares de aquellos a los que persiguió, golpeó, reprimió y encarceló hacer borrón y cuenta nueva?

¿Podrán los panistas yucatecos y la ciudadanía en general confiar en la vocación democrática de Liborio Vidal y en su conversión democrática?

Sin duda alguna, el asunto es digno de reflexionarse de manera muy detenida.

Seguimos pendientes…

Dios, Patria y Libertad

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