La Paternidad
Lunes 17 de abril de 2023
Un hombre realmente no madura hasta que se convierta en padre. Hasta entonces, un hombre vive principalmente para sí mismo, sus placeres y sus propios intereses.
Pero la paternidad obliga a un hombre a usar todas sus habilidades, conocimiento, fuerza y energía, principalmente para el beneficio de sus propios hijos.
Es la muerte del ego y el abrazo del sacrificio: lo que distingue a los hijos de los padres, la infantilidad de la hombría.
Los niños toman, los padres dan.
Los niños comen, los padres trabajan.
Los niños duermen, los padres protegen.
Los niños gozan, los padres entretienen.
Los niños viven en la fantasía de que «todo es bueno y fácil»; los padres viven la dura realidad del trabajo, para que sus hijos tengan un futuro mejor.
La cultura libertina de hoy está presionando a los hombres jóvenes a posponer la paternidad. De hecho, promoviendo incluso no tener hijos.
«¿Por qué traer niños a este mundo superpoblado?» «¿Por qué atarte a la responsabilidad, cuando puedes disfrutar de la vida libremente?»
Esto es la producción en masa de los «pueri aeterni», es decir, los «niños eternos», o el Síndrome de Peter Pan: hombres atrofiados en su adolescencia, en sus 30, 40, hasta 50 años, actuando como mocosos egoístas.
Cuidado hombres: esta es la destrucción de vuestra virilidad y la eliminación de vuestra simiente.
Dejad atrás la niñez, abrazad la hombría, convertíos en buenos padres para vuestros propios hijos.
Entonces, encontrareis el verdadero significado de todo vuestro trabajo bajo el sol.