Mentiras de la ideología de género
Viernes 10 de febrero de 2023
La ideología de género promueve mentiras repetidas tan a menudo, que todos las hemos interiorizado hasta cierto grado:
– Mentira 1: «La historia es la historia de los hombres oprimiendo a las mujeres”.
– Mentira 2: «Las mujeres han sido la clase más oprimida».
– Mentira 3: «El patriarcado es la institucionalización del predominio del hombre a costa de la libertad y realización plena de la mujer. Debería ser demolido».
Es cierto, las mujeres han sufrido, pero también los hombres.
Es cierto, muchas veces las mujeres se han visto obligadas a realizar trabajos con salarios bajos, pero también los hombres.
Es cierto, se espera casi universalmente que las mujeres se dediquen a las labores domésticas; pero ¿qué hay con las expectativas que se exigen de los hombres también de manera universal?
¿Nos parece «injusto» que casi todos nuestros mineros, albañiles, electricistas, plomeros, pescadores, recolectores de basura, techadores, granjeros, repartidores, madereros y una multitud de otras ocupaciones laboriosas, de alto riesgo, algunas sucias y muchas de ellas mal remuneradas, son casi cien por ciento realizadas por hombres (independientemente del lugar o tiempo en la historia)?
Esas calles asfaltadas, esos hermosos rascacielos, esas aceras y parques públicos limpios, ¿quién crees que los construyó y los conserva para tu disfrute?
El precio de la civilización es precisamente el patriarcado: los hombres liderando la salida de las selvas y chozas de paja, colonizando nuevas fronteras y construyendo ciudades seguras y hermosas en las que todas nuestras mujeres y niños puedan vivir felices y realizarse sin preocupación de morir por malaria o agua no potable.
Por favor, no se malinterpreten estas palabras: esto NO es en absoluto una batalla de los sexos, para ver quién es más importante y esencial para nuestra especie y su florecimiento: precisamente así interpretan la historia los ideólogos que se han creído sus propios cuentos.
¿Qué hombre cuerdo se atrevería a decir que lo que contribuye la mujer y lo que solo una madre puede dar, no es esencial, o peor, opresivo (como se refieren a la contribución de los hombres nuestros detractores)?
Si son los hombres quienes construyen las ciudades, son las mujeres quienes edifican los hogares, ¡Y qué hombre serio desearía ciudades sin familias en ellas!
Un futuro distópico, precisamente a dónde nos llevarán esas ideologías, motivadas principalmente no por una evaluación correcta de la historia humana, sino por el odio y el desprecio al hombre.
Las mujeres no son hombres, ni debemos esperar que se desempeñen como hombres; pero también ocurre lo contrario; los hombres no son mujeres, ni debemos esperar que se comporten como mujeres.
Cada sexo es único, cada uno tiene roles esenciales que el otro necesita; no es una competencia, es complementariedad perfecta.
Deconstruís al Hombre, deconstruís la civilización.