Cómo Benedicto se desquitó de Bergoglio
Miércoles 11 de enero de 2023
Desde la otra vida, Benedicto ha querido dictar su sentencia póstuma y ha sido contra el aborto. En efecto, ha quedado claro, para todo aquel que lo quiera ver, que al prohibir que el presidente Biden asistiera a su funeral, ha sido denunciado ante el mundo la aberración que significa quitar la vida a un no nacido, crimen que hace indigno a un mandatario no sólo por permitirlo sino por impulsarlo y financiarlo, incluso más allá de sus fronteras.
Pero es que este acto iba dirigido contra Bergoglio, ya que si son muchos los presidentes de gobierno que tienen el aborto en sus legislaciones, Biden fue elogiado personalmente y ¡felicitado! por el pseudo papa como buen católico a la vez que invitado a continuar con sus comuniones sacrílegas, (ya que el americano es «católico practicante»). También mencionamos que otra católica abortista y política, Nancy Pelosi, acudió a una misa papal en Roma y recibió la comunión, después de que su obispo se la negara en su diócesis.
He aquí pues, como ya en el féretro, el Vicario de Cristo ha querido pronunciarse definitivamente contra dos crímenes abominables: uno contra el Inocente: el Cristo Eucarístico, recibido tantas veces sacrílegamente en la Comunión, y otro contra los bebés aún no nacidos. Ambas transgresiones, con las que Bergoglio juega imprudentemente a través de sus divagaciones, producen una devastación en aquellos que las cometen, pero la misericordia bergogliana tiene la característica de llevar al Infierno a los que se acogen a ella sin discernimiento.
Éste es el legado principal de BXVI, -el cual si huyó de los lobos, aun sabiendo que entregaba a la Esposa de Cristo en manos de los mafiosos de san Gallen (recordemos que en la redacción del documento de Juan Pablo II sobre un cónclave inválido, tal como sucedió en la elección de Bergoglio, participó Benedicro XVI, o al menos debía conocer su contenido)-, los cuales la despedazarían sin perder tiempo, ha impedido, al menos, que el asesinato de indefensos fuera blanqueado, al desinvitar clamorosamente a uno de los mayores impulsores del mismo, a su propio funeral, el de un vicario de Cristo.