LA AGENDA TRANS NOS DESTRUYE
Jueves 15 de diciembre de 2022
Por Alejandra Yáñez Rubio
Muchas veces hemos escuchado decir que los hombres que “se sienten mujeres”, son mujeres.
Me han dicho qué es injusto negarles que se les dé ese reconocimiento legal, ya que ellos tienen derecho a SER.
Cuando uno quiere explicar el porqué es incorrecto dar ese reconocimiento legal, viene el reproche: ¿por qué somos transfóbicos?… ¿por qué les negamos el derecho a existir?… ¿en qué nos afecta?
Creo es el momento de clarificar que quienes nos oponemos a la agenda TRANS no somos transfóbicos, no le queremos negar a nadie su derecho a vivir cómo quieran y lo más importante:
ESA AGENDA NOS DESTRUYE… De muchas maneras.
Hace poco tiempo, tuve el gusto de conocer a Laura Lecuona. Ella es una escritora, editora y feminista.
En el mundo de habla hispana, ella ha sido uno de los principales referentes de la crítica feminista a la teoría de la identidad de género.
Una amiga me describía a Laura como una “atea del género”. Hace unos días pude escuchar su testimonio.
Ella relataba que en el 2017 había empezado a investigar y a documentar cómo lo que muchos conocemos como “ideología de género” estaba provocando retrocesos en la lucha de las mujeres por el reconocimiento de nuestros derechos.
Explicaba que a partir de entonces, se volvieron constantes las amenazas e insultos en las redes sociales por parte del lobby trans.
En el año 2019, Laura dio una plática sobre edición de libros para niños.
En ese lugar, un activista que se dice no binario junto con otras personas se le acercaron, le gritaron y le lanzaron brillantina.
Semanas después, en otro evento cultural en una Universidad, cuando ella daba una conferencia sobre los peligros de la pornografía para los derechos de la mujeres, la misma persona embistió a un guardia y a ella le disparó glitter (una mezcla de pegamento con brillantina).
Debido a que Laura había solicitado previamente seguridad, no pudieron detonar el artefacto cerca de ella. Aún así, el susto de la explosión nadie se lo quitó.
La pandemia fue un año de muchas oportunidades. Laura pudo dar conferencias, talleres y pudo escribir muchos ensayos, de cómo el concepto “género” y las confusiones en torno a él representan un retroceso en nuestros derechos.
Simplemente por pensar diferente a lo políticamente impuesto, se ha desatado una persecución brutal en contra de ella.
Siendo mujer, feminista, pensadora respetuosa, tanto a ella, como a aquellas mujeres que la apoyan y difunden, se les ha catalogado como ”monstruos transfóbicos” que buscan dañar.
Con base en mentiras y manipulación, se les estigmatiza y persigue.
Siendo provida, me preguntarán que porqué hablo de una pensadora feminista.
En la última Feria Internacional de Libro (FIL), Laura Lecuona recibió amenazas de muerte.
Se amenazó con ejercer violencia y quemar los libros de la editorial que iba a publicar su último libro.
La FIL se negó a proporcionar seguridad, y la editorial decidió posponer de manera “indefinida” la impresión de su libro.
Por eso, ella está sacando edición de autora; se titula: Cuando lo trans no es transgresor.
Además de esto, el lobby trans investigó que Laura trabajaba en una revista y la hicieron despedir.
Quiero alertar sobre eso:
Si a mujeres poderosas como JK Rowling, a una diputada federal y a consejeras electorales se les persigue… Si a una escritora seria se le censura. ¿Qué nos espera al común de las mujeres?
Abramos los ojos. Denunciar la agenda TRANS no es transfobia. El reconocer públicamente que esa agenda nos lastima, no es atacar odiar a las personas trans.
Como dice Laura, disentir no es odio. Tenemos que dejar claro que la lucha de las mujeres es muy distinta a la lucha de las personas que sufren disforia de género.
Si no separamos estas luchas, terminarán desdibujándonos y promoviendo políticas que nos vulneran más…