La Virgen Que Forjó Una Patria
Lunes 12 de diciembre de 2022
En nuestro país, fue el elemento cohesivo de las diversas corrientes migratorias que poblaron nuestras urbes y que encontraron, a mediados del siglo XX, una tarea y un esfuerzo común en la construcción del nuevo proyecto de país.
El acontecimiento guadalupano da lugar no sólo al nacimiento de una nación, sino a una serie de sucesos que adelantarían el fin de la Edad Media y el arribo de esa época luminosa conocida como El Renacimiento, ahijado desde la Universidad de Alcalá de Henares por el genial religioso y estadista que fue el Cardenal Cisneros.
La aparición de la Virgen tiene propósitos de unidad, identidad y fraternidad entre los mexicanos.
La Virgen de Guadalupe ha estado presente en los grandes eventos nacionales en los que el pueblo mexicano sale victorioso proclamando los ideales de libertad, justicia, paz y concordia.
Estuvo al inicio de la nueva nación, durante la Colonia, en la Guerra de Independencia, en la Reforma y la restauración de la República, en la primera revolución social del siglo XX y está ahora.
Bajo su amparo, México va con paso firme consolidando el proyecto que habrá de dejar atrás la noche oscura del paganismo.
¿Qué tienen que ver la Virgen de Guadalupe con la reina Isabel la Católica, el Cardenal Cisneros, fray Bartolomé de las Casas, el obispo fray Juan de Zumárraga, Carlos V y el papa Juan Pablo II?
¡Mucho! Para saberlo, se debe abundar en las investigaciones de sucesos ocurridos hace dos mil, o hace 500 años, o más de medio siglo, en que fueron apareciendo evidencias de que la Virgen de Guadalupe sale del ámbito puramente religioso para tener un papel relevante en los acontecimientos políticos, sociales y culturales más importantes y cumple una encomienda de unidad para la paz.
Así fue diez años después de la caída de la Gran Tenochtitlán, al inició de México como nación independiente y a lo largo de toda su historia.
Al referirnos la la Virgen debemos citar expresiones de intelectuales de alto reconocimiento como Octavio Paz, quien dice en su Laberinto de la Soledad que: “La Tonantzin-Guadalupe, es una verdadera aparición, en el sentido numinoso de la palabra; una constelación de signos venidos de todos los cielos y todas las mitologías, del Apocalipsis a los códices precolombinos y del catolicismo mediterráneo al mundo ibérico precristiano.
La Virgen de Guadalupe es el más puro producto de la mentalidad criolla que supo amalgamar, para consumo de todos los estratos raciales y culturales, los elementos prehispánicos e hispanoárabes.
Así, la Virgen es la gran madre que necesitaban todos, indígenas, criollos y mestizos, imaginándola y experimentándola a su modo y según sus intereses. Es la Virgen que forjó una Patria.