Más esquizofrenia bergogliana
Miércoles 2 de noviembre de 2022
Mientras Bergoglio va empujando- más o menos abiertamente- la aprobación de la homosexualidad, el travestismo, la anticoncepción, el aborto (nombrando a 4 abortistas, al menos, en su Academia para la vida)…
…y cosas peores como la comunión sacrílega a abortistas y adúlteros, en la Iglesia de Jesucristo, y después de declarar que los pecados sexuales son pecadillos mucho menos graves que los pecados espirituales (?), ahora se dedica a exagerar y sacar de madre a los chismes, como a él le gusta llamarlos, como si fueran lo peor del mundo. Y es para aparentar que se preocupa por las almas, mientras por otro lado las empuja al Infierno con sus tergiversaciones de la Verdad.
Murmurar es un pecado contra la caridad, pero el pseudo papa no debería sublimarlo hasta llamarlo terrorismo, o la enfermedad más grave que puede darse en una parroquia, un pecado que debe dejarse a las solteronas (sic), al tiempo que se dedica a dilapidar la doctrina y el magisterio eclesiales y a esconder sus propios pecados que lo convierten en un hereje más maligno que Lutero.
Quien tenga ganas de leer sus afirmaciones desquiciadas puede leerlas a continuación:
Francisco advirtió este fin de semana contra los chismes como el vicio más destructivo que puede afligir a una comunidad cristiana.
El chisme «es la enfermedad más grave en una comunidad parroquial», dijo el `pontífice´ a un grupo de jóvenes el sábado. «El chisme se utiliza siempre como instrumento para escalar, salir adelante, autopromocionarse: ensuciar al otro para que yo pueda llegar más lejos».
«Por favor, los chismes no son cristianos, son diabólicos porque dividen», continuó.
«Tened cuidado, jóvenes, por favor. Dejemos esto para las solteronas», añadió.
«Nunca cotilleéis sobre otra persona», insistió el argentino. «Y si tienes algo contra otro, ve y díselo a la cara; sé hombre, sé mujer: a la cara, siempre».
«A veces entonces te darán un puñetazo, pero has dicho la verdad, se lo has dicho a la cara con caridad fraterna», propuso. «Por favor, la crítica oculta es cosa del diablo»
Francisco ha tenido a menudo palabras duras para los chismes, sugiriendo a principios de este año que es el mismo Satanás quien promueve «los chismes y las charlas ociosas» para separar a las personas.
El demonio utiliza a menudo esta estrategia: «alimenta la impaciencia y la autocompasión, y con la autocompasión la necesidad de culpar a los demás de todos nuestros problemas», dijo en junio. Nos «pone nerviosos, desconfiados, quejosos».
«La envidia es la puerta por la que entra el espíritu maligno», afirmó Francisco. «La Biblia nos dice esto: por la envidia del diablo entró el mal en el mundo. Por tanto, ¡no tengáis nunca envidia!».
Mientras que el Espíritu Santo nos lleva a amar, concretamente, en el aquí y ahora, el maligno «fomenta los chismes y las charlas ociosas», dijo. «La charla ociosa es un hábito desagradable; destruye la identidad de la persona».
Sin embargo, la crítica más fuerte de Bergoglio a los chismes llegó en 2016, cuando los calificó como una forma de «terrorismo»
«Quien chismorrea es un terrorista», dijo Francisco. «Es un terrorista en su propia comunidad. Es como si sus palabras fueran una bomba que lanza a este o a aquel, y luego se aleja. Esto destruye. Quien hace esto destruye, como una bomba, y luego se va».
«Si estás pensando en decir algo contra un hermano o hermana, en lanzar una bomba de chismes, ¡muédete la lengua! ¡Con fuerza! No hay lugar para el terrorismo en la comunidad!«, exhortó.
Puede haber muchas cosas que merezcan ser criticadas en una comunidad, pero hay una forma correcta y otra incorrecta de remediarlas, y el chisme o la murmuración es la forma incorrecta, propuso.
«Los chismes no valen nada», añadió.
«Si lanzas la bomba del chisme en tu comunidad, esto no es ser un vecino: ¡es ir a la guerra!», dijo. «Divide a la gente, provocando distancias y anarquía en la comunidad».