Religión

Bugnolo a Gänswein: ¿quién es el Papa?

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Jueves


105º Aniversario del Milagro del Sol, Fátima

Carta a Monseñor Georg Gänswein. Arzobispo de Urbs Salvia. Ciudad del Vaticano

Su Excelencia,

¡Pax et Bonum!

Le escribo después de una larga pausa, debido a mi deseo de reflexionar y rezar sobre el mensaje que me dejó en mi teléfono móvil en enero de 2020, mientras estaba enfermo en la cama.

Posteriormente, no he encontrado ningún consejo sólido por parte de aquellos a los que pregunté sobre cómo responder a su petición.

También me han escandalizado mucho las afirmaciones hechas en la prensa, después, de que quienes han querido escribir y reunirse con el Santo Padre, el Papa Benedicto XVI después de su elección canónica o en los últimos 9 años, fueron, en su opinión, impedidos por su intervención (de Gänswein).

Yo también quisiera escribir al Santo Padre, pero primero quiero responder a su mensaje telefónico, para que haya paz entre nosotros.

Sí, soy un don nadie. Pero como he pasado más de 12 años trabajando en una traducción crítica al inglés del Comentario de San Buenaventura en Quatuor Libros Sententiarum Magistri Petri Lombardi, sé algo sobre la necesidad, en las comunicaciones humanas, de utilizar los términos con precisión, y reconozco que cuando alguna vez dos partes se comunican con frases breves, sucede a menudo que surgen malentendidos, ya que a menudo cada uno tiene experiencias personales y hábitos de expresión lingüística totalmente diferentes.

Esto es aún más cierto cuando nuestras lenguas maternas difieren.

Y por esa razón, he tenido muchas ocasiones de repensar lo que intentaba comunicar al Santo Padre en mi Pregunta Escolástica que le envié por correo en el invierno y la primavera de 2019, así como en mi carta de diciembre de 2019, a la que respondió por teléfono, cuando intentó hablar conmigo en persona.

Además, como soy licenciado en Antropología Cultural, he repensado mis preguntas como podría hacerlo un arqueólogo, borrando todas mis presuposiciones e ignorando lo que otros dicen sobre los hechos del 11 de febrero de 2013 y posteriores y anteriores. Y he tratado de dedicarme a un estudio muy cuidadoso de los acontecimientos históricos, antes de hacer otras preguntas.

He llegado a entender, como muchos, que el Santo Padre nunca tuvo la intención de renunciar al munus petrino, sino sólo al ministerium petrino, y que, sí, por tanto, se puede decir que su renuncia es válida, aunque, no se puede encontrar en el Codex Iuris Canonicis de 1983, un acto jurídico o administrativo llamado renunciatio ministerii.

Esto es desconcertante, no sólo para mí, sino para los hombres de más alto carácter y aprendizaje. Por eso, somos muchos los que quisiéramos tener la oportunidad de sentarnos con el Santo Padre y preguntarle si pretendía un ABDANKUNG o sólo un RUECKTRITT, porque para los que tenemos cierta fluidez en el latín, estamos deseando entender qué pretendía el Santo Padre cuando escribió declaro me ministerio renuntiare, a saber, cuál de estos conceptos alemanes proponía, o incluso si pretendía renunciar a la VERANVORTUNG petrina, que mis investigaciones y estudios me llevan a considerar como la traducción adecuada del latín, munus, en alemán moderno.

Propongo con esta carta mía, que el Santo Padre en su paternal solicitud por el Rebaño de Cristo, muchos (miembros) del cual están profundamente confundidos sobre cuál de los dos papas, Benedicto o Francisco, ostentan el munus petrino, conceda una audiencia para responder en público a tan pertinentes cuestiones.

Comprendo que nadie me considere digno de asistir a tal reunión, pero me doy cuenta de que la Iglesia ha llegado a un punto en su historia, en el que el Santo Padre debe dar ante los testigos una respuesta a tales preguntas, y si no es en privado, en un Concilio Provincial convocado al efecto por los Ordinarios de la Provincia de Roma, para que toda la Iglesia en pleno acto eclesial y canónico, pueda llegar a una comprensión común de lo que el Santo Padre ha hecho, de lo que significa, y de cómo los fieles deben considerarlo.

Temo -y no sólo yo, sino miles de fieles- que si tal aclaración no se da en vida del Santo Padre, la Iglesia verá días peores por delante y experimentará otro Gran Cisma con linajes de papas que se consideran mutuamente ilegítimos, ya que el canon 40 y el canon 41 les dan derecho a discrepar sobre actos papales que son confusos en su interpretación.

Por eso le escribo esta carta, porque creo que usted no sólo es la única persona en el lugar crucial para evitar tal catástrofe, sino que posee todas las virtudes personales para comprender en la oración el gran bien que esto supondría para todas las partes implicadas. Además, usted es doctor en Derecho Canónico, por lo que estoy seguro de que el argumento que he presentado aquí es claro para usted y fácilmente comprensible.

Le ruego, pues, que por amor a Dios, por amor a la Madre de la Iglesia, por amor al Santo Padre y por amor a la salvación de las almas, atienda mi petición.

Atentamente en San Francisco

hermano Alexis Bugnolo

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