Monseñor Viganó: Escandalosas las afirmaciones de Vincenzo Paglia sobre el aborto
Miércoles 31 de agosto de 2022
En el curso de una entrevista concedida al canal RaiTre de la televisión italiana el pasado 26 de agosto, el presidente de la Pontificia Academia para la Vida, Vincenzo Paglia, calificó a la infame ley 194, que legalizó el aborto, como un pilar de la vida social.
Con ello, escandalizó a millones de católicos italianos fieles al Magisterio que todavía tienen presentes las encendidas palabras con que Juan Pablo II calificó tan horrendo crimen, que nada más en Italia ha sacrificado a más de seis millones de niños inocentes en el altar del egoísmo y la ideología liberal anticristiana.
Los aplausos de los defensores de la salud reproductiva y la interrupción del embarazo, siempre listos para acusar a la Iglesia de intromisión cuando habla con la voz de Cristo, pero que no dejan de elogiarla en cuanto sus peores exponentes se prostituyen vendiéndose al pensamiento políticamente correcto del mundo y haciendo suyos los inhumanos principios del neomalthusianismo, se simultanean con la justa indignación del cuerpo de la Iglesia en reacción a las declaraciones del presidente de una Pontificia Academia fundada por Juan Pablo II precisamente para enfrentarse al aborto.
Como pastor y sucesor de los Apóstoles, no puedo menos que condenar con la mayor energía las escandalosas palabras de Paglia, que contradicen el Evangelio y las palabras de los romanos pontífices.
El Nuevo Orden Mundial, las Naciones Unidas, la OMS, la Unión Europea, el Foro Económico Mundial, la Comisión Trilateral, el Club Bilderberg y todas las organizaciones adscritas a la Agenda 2030 consideran un derecho y un pilar de la vida social el bestial asesinato de niños inocentes en el seno de su madre.
Es emblemático y revelador que la secta de apóstatas infiltrados en la jerarquía católica, en la que han llegado a ocupar los más elevados puestos, esté de parte de las posturas ideológicas de los enemigos de Cristo.
Y no sólo en cuestiones que aparentemente no tienen nada que ver –como el discurso psicopandémico y la ideología verde–, sino también al negar los cimientos mismos de la Ley Natural, entre los que se cuenta el respeto a la vida desde la concepción hasta la muerte natural.
Resulta desconcertante que entre mis hermanos del episcopado, y menos aún entre los miembros del Colegio Cardenalicio, no se hayan alzado voces condenando las engañosas palabras de Paglia pidiendo su inmediata dimisión como presidente de la Pontificia Academia para la Vida.
Ojalá los fieles, amonestados por buenos sacerdotes, se distancien de estos lobos disfrazados de ovejas y rueguen al Señor que intervenga para salvar a su Iglesia, ocupada por un sanedrín de hombres corruptos y pervertidos que siguen crucificando a Cristo en su Cuerpo Místico.