El conflicto por la presidencia de MORENA
Viernes 26 de agosto de 2022
A pesar de que intentaron decir que todo era miel sobre hojuelas, supimos siempre que la realidad era, muy diferente.
En efecto, aunque se decía que el triunfo y consecuentemente la presidencia estatal del partido, eran de manera inobjetable para Alpha Tavera. Intuimos que las cosas no eran así.
Y es que si bien Alpha estaba apoyada por Huacho Díaz, Verónica Camino y el grupo Tabasco, encabezado en nuestra entidad por el senador Ovidio Peralta, léase el grupo de apoyo a Claudia Sheibaum, pensar en una elección sin conflictos en MORENA, era demasiado bello para ser verdad.
Y no nos equivocamos, porque de pronto, Jéssica Saidén Quiroz empezó a agitar el avispero, apoyada según se dice, por un humilde chofer llamado Nicolás Molinedo (Nico para los cuates) y por alguno de sus ex compañeros de estudios.
Fué así que se armó la machaca, como dirían los norteños, dejando al partido guinda enfrascado en una sabrosísima batalla campal, a dos de tres caídas, sin límite de tiempo, en la que se valen piquetes de ojos, patadas a los bajos, codazos y todo el arsenal de marrullerías posible.
Pase lo que pase y quien quiera que se alce con la victoria, MORENA sale con tremendo descalabro y llevándose la peor parte de la contienda, dado que exhibirá públicamente sus fisuras internas y concluirá llevando a la presidencia a una figura que sea quien sea, no contará con la simpatía irrestricta de la militancia.
Resulta conmovedor escuchar a algunos morenistas que ilusamente piensan en acceder a la gubernatura con tal o cual candidato. Perded toda esperanza, eso no pasará. La dirigencia nacional y el gran elector saben que ninguna de las alternativas disponibles en Yucatán garantizan el triunfo.
Pero en cambio, el control del partido, significa el manejo de las candidaturas, disponer de los recursos, la posibilidad de pactar y de colocar allegados para conseguir diversos fines.
A final de cuentas, a ninguno de los apuntados para contender por la gubernatura, le alcanza para hacer sinergia y para emocionar a la sociedad, provocando que se vuelque a las urnas apoyando su proyecto. Simplemente por unos habrá mayor votación que por otros, pero sin que esto signifique desplazar al actual partido en el poder.
Así que pase lo que pase, el resultado será el mismo: MORENA no gobernará Yucatán. Primero, porque tiene muy malos candidatos, segundo, porque como vienen de otros partidos, la militancia no los siente suyos y por último, porque la imagen presidencial se encuenta ya en franco declive y en lugar de ayudar, perjudica a los aspirantes.
No podemos dejar de considerar, para desgracia de MORENA (y fortuna de Yucatán) que día con día, la situación económica empeora, la inflación y los precios no paran de subir, no hay empleo y el presidente se pelea con alguien más, propiciando que los factores del poder ya hayan determinado inviable continuar su régimen.
Así que esos ilusos que repiten como pericos que van a ganar Yucatán, se van a llevar más temprano que tarde, una buena dosis de realidad que los hará bajarse de su nube y volver a tocar tierra de nuevo.
Hasta entonces, disfrutemos contemplar como los integrantes de MORENA se acaban entre ellos, porque finalmente, gane quien gane, no habrá diferencia alguna con la dirigencia actual, pues quien resulte vencedor, se limitará a hacer lo que le ordenen sus patrocinadores.
Seguimos pendientes…