Infamias mediáticas con acusado tufo guinda
Recientemente un par de infamias mediáticas han sacudido el ámbito político y nos han hecho reir a más de uno, a más y mejor.
Y es que a pesar de que constituyen maldades hechas con toda mala leche (falsedades) contra ciertos personajes, no puede dejar de reconocerse, que fueron urdidas por gente con talento (y una profunda inclinación a la práctica de la maldad).
El asunto consiste en aprovecharse de situaciones favorables o debilidades en el carácter o temperamento de las víctimas, para simular ciertos sucesos, de manera aparente.
Las presas de tales maquinaciones, son personajes sin carácter, sin personalidad, pletóricos de debilidades y defectos, que por su fragilidad de temperamento y escasez de atributos masculinos, garanticen la impunidad para quienes diseñan el ardid.
Es menester mencionar, que en ambos casos, quienes diseñaron los bulos, son figuras vinculadas a sectores del partido en el gobierno federal en turno y que tales especies difamatorias, podrían tomar carta de naturaleza en el proceso electoral por venir. Mucho ojo, que nadie nos quita de la mente, que se trata de ensayos, para cosas peores.
Pasemos al relato de los hechos y las víctimas:
Un par de bribones (cuyos nombres conocemos y tenemos plenamente identificados), que medraron y comieron muchos años a la sombra del PRI, concibieron la luminosa idea de denigrar en público la figura de su dirigente municipal FRANCISCO MEDINA SULUB, aprovechándose de su notoria incapacidad, ineptitud y pusilanimidad.
Para ello, decidieron utilizar la proclividad que poseen los dirigentes priistas, para en aras del diálogo y el acuerdo, tratar de concertar acercamientos con otras fuerzas políticas, en las que militan ex integrantes del tricolor (reiteramos, sabemos a cabalidad quienes fueron los que diseñaron la intriga).
Fue así que con palabras melosas, acercaron a Panchito Medina a una agrupación creada en redes sociales, para apoyar las aspiraciones a la presidencia de la república, de Marcelo Ebrard, actual secretario de relaciones exteriores, del gobierno federal en turno, que es de tonalidades guindas.
Medina Sulub que no se caracteriza por su sagacidad, ni su malicia, cayó en el garlito y proporcionó su número telefónico, que de inmediato fue agregado al grupo creado para apoyar las aspiraciones de la corcholata arcoiris.
Huelga decir que en redes sociales como whatsapp o telegram, es posible agregar a grupos a tal o cual persona, sin su aceptación expresa. Fue así como, aprovechándose de su inocencia (en mi tierra le llamamos de una manera más sonora), añadieron a Medina Sulub.
Cuando Panchito se percató del hecho y de los alcances que pudiera tener, de inmediato se dio de baja. Empero, el par de pillos que hemos citado, con antelación ya había tomado capturas de pantalla, que con toda perversidad se encargaron de hacer llegar a varios comunicadores. Esto sucedió el pasado día sábado.
El segundo caso aconteció apenas el día de ayer. Resulta que un par de féminas (me niego a llamarles damas), identificadas una con la 4T y el lobby arcoiris y la otra con aspiraciones a la dirigencia tricolor, discurrieron aprovechar la carencia de personalidad y arrestos, de Pepito González, hasta hoy líder del sindicato del ISSTEY (o lo que queda de él).
Cabe mencionar que el sindicato del ISSTEY, de ser minúsculo, ha degenerado en microscópico, merced a la multitud de deserciones que ha sufrido, circunstancia acentuada por el nulo liderazgo y la manifiesta ineptitud de Pepito para el desempeño del cargo, ya que solo se ha preocupado por defender sus intereses, en vez de los del gremio que dice representar.
Fue asi que este par de joyas, discurrió convocar una marcha para solicitar la revocación de mandato del titular del ejecutivo estatal para este próximo día 24 a las doce del día, teniendo la maligna ocurrencia de incluir en el cartel publicitario, el logotipo del sindicato presidido por Pepito, que en su inocencia (subrayamos que en mi tierra se le llama de manera mucho más estridente), no tenía arte, ni parte.
Imagínese la cara del angustiado dirigente, cuando de palacio le llamaron para recriminarle que estuviera convocando a semejante barbaridad. Debe haber sido un poema, que sin duda habrá hecho carcajearse a las autoras de la insidia, a mandíbula batiente.
Y es que se sabe que la simple insinuación de algo, hace muchas veces, mas daño que la misma realidad. No en balde sentenciaba Joseph Goebbels que una mentira repetida mil veces, termina por convertirse en verdad.
Empero, en aras de la honestidad mediática y en apego a la ética periodística, es que debemos hacer notar la realidad de lo acontecido, a pesar de que los personajes involucrados, no son santos de nuestra devoción.
Así que no porque los vean tarugos (en mi tierra se les denomina con una palabra que comienza con p), se aprovechen de ellos.
Seguimos pendientes…