¡Todos a reírse de Dios!
Carta de san Pablo a Gálatas 6, 7-8: “No se engañen: de Dios nadie se burla. Cada uno cosecha lo que siembra. El que siembra para agradar a su naturaleza pecaminosa, de esa misma naturaleza cosechará destrucción; el que siembra para agradar al Espíritu, del Espíritu cosechará vida eterna”
Hoy más que nunca urge meditar sobre la cita del nuevo testamento con la que inicio este breve artículo: “De Dios nadie se burla”; y si nos burlamos de Dios ya vendrán las consecuencias. La tradición cristiana siempre nos ha enseñado que Dios es infinitamente bueno y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia. La catequesis católica nos muestra a Dios en su perdón a través de la parábola del hijo pródigo (ver san Lucas 15) de forma que por muy graves que sean nuestros pecados obtendremos la absolución de los mismos si nos arrepentimos, hacemos propósito de enmienda y nos confesamos con sinceridad. La sagrada escritura nos recuerda que Dios se rinde ante un corazón contrito y humillado y que, además, se mantiene lejos del corazón “sabio y entendido” al cual nunca revelará las verdades. Y desde toda esa enseñanza se nos exhorta a los cristianos a asumir nuestra debilidad, luchar con el sostén de la Gracia contra las tentaciones, y a levantarnos con humildad (desde la confesión) cada vez que caemos. Y sabemos, pues, que está mucho más cerca de Dios (y de la salvación eterna) un alma pecadora que pide perdón que un alma muy “buena” a los ojos del mundo pero que no necesita pedir perdón de nada ni revisar si conciencia jamás.
Pero la gran novedad del tiempo presente (sobre todo desde los años sesenta del siglo pasado) no es que haya MÁS pecado (eso no lo sabemos) sino que, al desaparecer casi por completo el sentido de pecado, la mayoría de los católicos parece haber dejado el respeto a la ley de Dios y, a la vez, mantener las “formas” dentro de la Iglesia. Y de ese modo: REIRSE de Dios. SI. Lo afirmo sin paliativos y a los hechos evidentes me remito aludiendo a los siguientes de clarividente conocimiento de todos:
Celebración de BAUTISMOS: una gran mayoría de padres y padrinos que llevan a sus hijos a bautizar afirman públicamente su compromiso de educar en la fe cristiana a los bautizados, renunciar al pecado y confesar la fe en Cristo y la Iglesia. Y esa gran mayoría no son ni practicantes y, en bastantes casos, unidos por matrimonio civil y/o concubinato, y sin intención de casarse canónicamente. Pues eso es REIRSE de Dios.
Celebración de primeras COMUNIONES: una gran mayoría de padres que llevan a sus hijos a la primera comunión lo hacen sin la más mínima intención de seguir llevándolos a Misa dominical tras la celebración de esa “primera” comunión que ya se llama “LA” comunión. Pues eso es REIRSE de Dios.
Celebración de CONFIRMACIONES: una gran mayoría de jóvenes y adultos acuden a confirmarse con la única intención de obtener “papeles” que les permitan ser padrinos de bautizo. Pero no hay ningún propósito de continuar la vida sacramental tras la confirmación. Llega el domingo siguiente y ya se ausentan de la Iglesia. En la ceremonia de confirmación se produce pues un TRIPLE sacrilegio: confesión inválida, comunión y confirmación recibida sin estar en Gracia. Pues eso es REIRSE de Dios.
Celebración de BODAS por la Iglesia: en bastantes casos se acude al altar sin aceptar la doctrina católica sobre el matrimonio (indisolubilidad, apertura a la vida), habiendo convivido antes sin noción alguna de pecado, y con la intención de usar métodos anticonceptivos (o abiertamente abortivos) a la par de acudir al sacramento sin haber confesado o, peor aún, comulgando sin confesar. Pues eso es REIRSE de Dios.
Celebración de llamados “ACTOS PENITENCIALES”: conocidos también como celebraciones comunitarias de confesión. En algunos casos se da la absolución comunitaria sin confesiones privadas: un monumental sacrilegio del cual el sacerdote es del todo responsable. Otras veces si hay confesiones individuales donde la mayoría de los que confiesan no saben NADA de NADA sobre la ley de Dios (decálogo) y/o contenido moral del catecismo. Pues eso es REIRSE de Dios.
Celebraciones de ordenaciones SACERDOTALES: caso digno de mención recordar aquí que TODOS los candidatos a ser ordenados han de hacer, bajo juramento, poco antes de la ordenación, la llamada “Profession Fidei” donde, entre otras cosas, se promete “creer con fe firme todo aquello que contiene la Palabra de Dios, escrita y/o transmitida por la TRADICIÓN y sea propuesto por la Iglesia sea por juicio solemne o por magisterio…”; es decir: se acata la doctrina católica como condición indispensable oara ser ordenado. Entonces nos preguntamos como es posible que haya tantos ministros ordenados que desafían, ya sin tapujos, la doctrina cristiana sobre verdades de fe como el infierno, el purgatorio, el pecado mortal, el sacerdocio solo de varones, el aborto, la moral sexual, la transubstanciación, …etc. Pues eso es REIRSE de Dios.
Catequesis y Docencia de religión católica: También merece señalarse cuantos laicos hay que son catequistas en la parroquias, o profesores de religión en colegios o institutos, o también en facultades de teología, que o bien NO son practicantes o disienten de aspectos esenciales de la fe católica. También eso es REIRSE de Dios.
Impresiona constatar de que forma y manera (en cantidad y calidad) hoy se da en nuestro mundo una inmensa carcajada ante Dios nuestro Señor. ¿Sería factible que en el sínodo próximo se abordara esta renovación de la coronación de espinas de Jesucristo? ¿O tendremos que lamentar también en un futuro haber prolongado esa diabólica carcajada?
La Palabra de Dios es clara: “De Dios nadie se burla”. Yo modestamente añado: Podemos “meter” a Dios en nuestro corazón pero jamás en nuestro bolsillo, y cuanto más crezca nuestra soberbia colectiva más tremenda será la caída al abismo. Que Dios nos libre de ello.
Padre Ildefonso de Asís