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¿Qué nos espera en Yucatán si gana la 4T?

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La mal llamada cuarta transformación no se caracteriza por su eficacia ni por su eficiencia. Desde que Andrés Manuel López Obrador llegó a la presidencia de la república, se la ha pasado culpando a gobiernos anteriores, haciendo válido el adagio popular que indica que desde que se inventaron los pretextos, se acabaron los pend…ientes.

De tal suerte, los funcionarios que integran la administración federal en turno, no destacan por su capacidad, su experiencia o su preparación. Un mediocre, egoísta y resentido como López Obrador no puede aspirar a trabajar con gente que eventualmente pudiera hacerle sombra, no puede correr el riesgo de que alguien más brillante, lo eclipse.

De la mano de la 4T llegan visitantes indeseables a toda ciudad o estado: por ejemplo, los malos servicios públicos, de los que la CFE resulta el mejor ejemplo.

De la mano de la 4T también llegan la inseguridad, la violencia y el crimen organizado. Prueba de ello, es el recibimiento dado a Mara Lezama, flamante gobernadora electa de Quintana Roo, que tuvo como regalo de bienvenida, el asesinato de su jefe de seguridad.

Otra muestra de ello, es el asesinato de dos sacerdotes jesuitas en Chihuahua, situación totalmente inédita, primeramente por el marcado sesgo socialista que al día de hoy tiene la Compañía de Jesús y finalmente porque la delincuencia organizada había respetado de manera invariable al clero, más allá del cartel al que pertenecieran sus integrantes. Con el asesinato de los padres Joaquín Mora y Javier Campos, esto se rompe.

Este hecho es particularmente sensible para nosotros los yucatecos, que somos un pueblo mayoritariamente católico, con honda raigambre de fe, pacífico y respetuoso de la condición eclesiástica.

No podemos ignorar que de la mano de la 4T llegan el narcotráfico y el crimen organizado en todos sus diferentes rubros de actividad: extorsión, trata de blancas, secuestro y mucho más.

El presidente López Obrador con todo cinismo ha dicho que no pueden probarle sus vínculos con el crimen organizado, nótese que jamás negó su vinculación, sólo dijo que no se tenían pruebas al respecto.

Pero como dijera Juan Gabriel: lo que se ve, no se juzga y la liberación de Ovidio y los homenajes rendidos a la madre del Chapo, son evidencia más que suficiente.

Los yucatecos estamos acostumbrados a salir a la calle con la seguridad de retornar ilesos a casa. Confiamos en qué nuestras familias puedan salir tranquilamente para hacer sus actividades. ¿Deberemos acostumbrarnos a vivir con el Jesús en la boca?

¿Deberemos los yucatecos erigir grupos de autodefensa para evitar ser asesinados y para disputar palmo a palmo el territorio de nuestras ciudades a los criminales, como acontece en Michoacán?

¿Deberemos pagar una ingente cuota de sangre, antes que entender que la 4T representa el lumpen, el albañal, lo más vil, lo más bajo, lo más ruin, lo peor de la política mexicana?

¿Qué hace falta para que Yucatán entienda que la 4T implica el peor de los gobiernos posibles? Quede para la reflexión. Aún hay tiempo.

Seguimos pendientes…

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