¿TIENE ALITO LAS HORAS CONTADAS EN EL PRI?
Como buen campechano, Alejandro Moreno habla hasta por los codos. Habla mucho. A veces hasta de más.
Conocido popularmente como Alito, Alejandro Moreno prometió mucho a los priistas. El ex gobernador del vecino estado, no ha cumplido nada.
Sin embargo, es un hecho que Alejandro Moreno pasará a la historia, al menos quedará inscrito en los anales del priismo: como el peor presidente de todos los tiempos y acaso como el enterrador del PRI.
Moreno Cárdenas lo ha perdido todo. Ha sido el dirigente nacional que peores resultados ha entregado a la militancia. Y las pocas victorias que ha conseguido, han sido pírricas. Triunfos que sólo ha obtenido, al amparo de una coalición.
Como es natural, su desastroso desempeño ha causado molestia entre las filas del tricolor. Su liderazgo, si es que asi puede llamarse, es profunda y severamente cuestionado. A tal grado, que los ex dirigentes nacionales del partido, le han pedido una reunión ex profeso para analizar la situación prevaleciente.
No es sencilla la situación que atraviesa el PRI. Acostumbrado a ser una extensión del poder, el tricolor era una entidad habituada a funcionar con recursos casi ilimitados. Hoy día el partido está técnicamente quebrado y por lo mismo, no sólo padece severos problemas financieros, sino que el capítulo financiero, afecta gravemente su operación y su vigencia.
Por tanto, es de capital importancia la reunión con los ex dirigentes, que indudablemente pedirán cuentas a su presidente nacional. Sin temor a equivocarnos, le pedirán explicaciones por sus deplorables resultados.
Es un hecho que lo cuestionarán con respecto a las alianzas. Y este tema, es el que cobra preponderancia: ¿acaso le recomendarán permanecer en las filas de la oposición?, ¿habrá alguna figura que sugiera pactar con MORENA?
No hay que olvidar que al menos en la teoría, el PRI es un partido de centro izquierda y esta condición pudiera llevar a alguien a valorar la posibilidad de convertirse en satélite del oficialismo.
Por supuesto, también es claro que para el tricolor pactar con MORENA, equivale a aceptar el fracaso y la eventual extinción partidista, debido a que merced a tener la misma clientela electoral, el PRI sería irremisiblemente absorbido por un partido superior en recursos de todo tipo. Aceptar pactar con MORENA es enterrar al PRI y sus integrantes deben tenerlo claro.
La única alternativa que garantiza de alguna manera la supervivencia partidista, es aunque a algunos ni agrade, permanecer aliados con quien fuera su adversario tradicional, para que conseguido el objetivo de derrotar al enemigo común, pudieran a futuro los priistas, recuperar su destino.
El inconveniente para lo anterior, es que en las filas de MORENA militan ya muchos antiguos priistas, encabezados por el presidente de la república, que constituyen un vínculo afectivo, complicado de rechazar, amén de que persiste la duda razonable respecto a las verdaderas intenciones y lealtad de Alito, al que muchos suponen un operador morenista disimulado.
Sería muy interesante poder enterarse de los cuestionamientos que los ex dirigentes formulen a Moreno Cárdenas. Más interesante aún sería conocer el tenor de sus respuestas.
Se dice que la reunión con los ex dirigentes es la antesala de una eventual renuncia y/o destitución soterrada de Alito. La interrogante que surge, es quien lo sucedería y cual sería la postura a adoptar en relación con las alianzas.
A pesar de la acusada decadencia priista, es un hecho que la posición que adopte el priismo con respecto a las alianzas, es clave para el destino de México, debido a que las estructuras que aún posee el tricolor pueden ser determinantes en los procesos electorales por venir.
Estaremos atentos, porque todo hace suponer que Alejandro Moreno tiene las horas contadas al frente del PRI y quien eventualmente llegara al relevo, jugará un papel decisivo en el destino de la Patria. Democracia o dictadura son las opciones. Veremos cuál es la que eligen los miembros de la nomenclatura priista, que se sabe, suelen privilegiar sus intereses particulares, por encima del bienestar de su partido, de su militancia y del país. Es fundamental que elijan bien. Les va en ello la supervivencia o la extinción.
Seguimos pendientes…