«No lo vuelvo a hacer», dice un chofer de DiDi que aceptó un viaje al AIFA
El conductor cuenta que el viaje se prolongó durante tres horas, entre la ida y el regreso, y solo ganó 85 pesos. Un botón de muestra de los retos de conectividad que aún enfrenta el nuevo aeropuerto.
La notificación de un nuevo viaje sonó en el teléfono de Nelson, un chofer que trabaja para la aplicación de transporte DiDi. El destino era el nuevo Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA). Él decidió aceptar el recorrido de 8 kilómetros, en parte porque estaba cerca de la zona, en parte porque le daba curiosidad conocer el nuevo aeropuerto. Pero entonces no imaginó todas las dificultades que tendría para llegar y salir del lugar. Le tomó unas tres horas, recorrió unos 35 kilómetros, entre la ida y el regreso, y solo ganó 85 pesos.
El problema –cuenta– es que cuando todavía faltaban como cuatro kilómetros para terminar el recorrido, el teléfono se quedó sin señal, la aplicación se cerró y terminó el viaje abruptamente. Además, la ruta inicialmente marcada de 8 kilómetros, desde el punto de partida en San Jerónimo, Tecámac, casi se duplicó (al final fueron 19 kilómetros) porque la entrada al aeropuerto no estaba bien señalizada y hubo que rodear toda la base militar de Santa Lucía.
Aunque la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), operador del AIFA, publicó un mapa con los cuatro accesos que se habilitaron para «facilitar y garantizar el flujo de pasajeros» al nuevo aeropuerto, estos aún no son bien ubicados por las aplicaciones de transporte. Tras hacer sus cálculos, Nelson llegó a la conclusión de que “viajar hacia el nuevo aeropuerto no fue negocio”. Por un trayecto de la mitad de kilómetros, desde el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), la aplicación cobra entre 200 y 230 pesos, dependiendo de la demanda.
Luego de dejar a la pasajera, el taxista intentó reiniciar la aplicación para ver si podía aceptar algún otro viaje cerca. Pero no consiguió restablecer la señal. Debido a eso, tampoco pudo auxiliarse de algún navegador para salir de allí. Echó un vistazo alrededor y no vio a nadie. “Parecía un pueblo fantasma”, cuenta.
Eran casi las 7:00 p. m., así que decidió emprender la marcha antes de que empezara a oscurecer. Pero relata que le costó mucho trabajo salir de la zona. “Aunque la carretera hacia allá quedó muy padre, con sus cuatro carriles, todavía no está bien señalizado”. Siguió los letreros que decían ‘México’, pero sin saber cómo llegó al Circuito Exterior Mexiquense. “Casi llegué a la caseta de Querétaro”, dice.
Tras tomar una desviación hacia Zumpango, Estado de México, y andar varios kilómetros más, Nelson logró regresar a su casa. “Me di una arrepentida de haber aceptado ese viaje”.
Su experiencia contrasta con la relatada por varios funcionarios el día de la inauguración del nuevo aeropuerto, hace casi dos meses, en un día festivo. “Hoy 21 de marzo son las 8:16 a. m. de la mañana, vamos rumbo al Aeropuerto Felipe Ángeles en Santa Lucía, de volada a Santa Lucía”, dijo Luisa María Alcalde, Secretaria del Trabajo y Previsión Social, en un video que colgó en sus redes sociales. Tras un corte por edición sigue el video. “9:16 a. m. Una hora de la Narvarte (en la CDMX) al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles”, concluyó la funcionaria.
Ese video salió a relucir en la plática con Nelson. “Pero intente hacer ese mismo tiempo un viernes de quincena a las 6:00 p. m., se va a hacer dos horas” dice el taxista. “No va a tener la misma suerte que tuvieron los que fueron a la inauguración”, añade el chofer.
Dos semanas después de ese primer viaje de Nelson al AIFA, el titular de la Secretaría de Gobernación, Adán Augusto López, anunció que el Gobierno Federal había acordado con las aerolíneas mudar 100 operaciones del saturado Aeropuerto Internacional de la Ci
udad de México al nuevo AIFA. Todos los vuelos chárter y de carga doméstica se mudarán de inmediato, mientras que Aeroméxico y Viva Aerobus migrarán algunas de sus rutas después del verano.
Esto no necesariamente significa una oportunidad para Nelson ni para los 200,000 conductores que trabajan para la plataforma, ya que los taxis por aplicación como Uber, DiDi, Beat o Cabify no podrán recoger pasajeros en el Felipe Ángeles, debido a que es zona federal.
Esta restricción, dada a conocer por Isidoro Pastor Román, director general de la terminal aérea, es una razón más mencionada por Nelson para no aceptar nuevos viajes al AIFA. “Sí podemos entrar a dejar pasaje, pero no podemos recoger a nadie. Y pues eso no nos conviene porque regresas vacío”, dice Nelson.
-¿Si otro pasajero le solicita un nuevo viaje al AIFA, qué va a hacer?
-Yo creo que no lo llevo. No lo vuelvo a hacer.
El presidente López Obrador ha dicho que en 2023 estará habilitado el Tren Suburbano, que recorrerá 15.6 kilómetros en 39 minutos, desde la estación Buenavista en el centro de Ciudad de México, al nuevo aeropuerto. Mientras tanto, las alternativas para llegar al AIFA son taxi o algunas de las rutas de transporte público que conducen a los municipios de Zumpango o de Tecámac.