El terrible error protestante al interpretar la Biblia y con el que atacan a los Católicos
La multiplicidad del error «sola scriptura» de los protestantes.
Pocos católicos no han recibido la pregunta de algún protestante ¿dónde está eso en la Biblia?, no para pedirle información sino para atacar.
Y por más que se les explique donde está mencionado, por ejemplo el purgatorio, nunca van a entender que se trata de diferentes interpretaciones.
Sino que dirán simplemente que no es bíblico, y por lo tanto tu estás diciendo una mentira y arriba eres un idólatra.
Esta actitud es aún más absurda cuando fue la Iglesia Católica la que dio forma a la Biblia y la que tiene la mayor acumulación de conocimiento de ella a través de siglos de erudición, depositada en la tradición y el magisterio de la Iglesia.
Aquí hablaremos sobre cómo la evangelización del mundo se hizo sin que la mayoría de los cristianos tuvieran oportunidad de leer una biblia, cómo la idolatría del texto de la Biblia ha resultado divisiva para el cristianismo aunque rechine a primera vista, y sobre la importancia de la tradición y el magisterio de la Iglesia para su interpretación.
Una de las cosas que los católicos experimentan constantemente es la animosidad de buena parte de los protestantes.
Lo vivimos diariamente en los comentarios a estos videos. Protestantes que entran para escribir comentarios acusando a los católicos de ignorantes, idólatras, mentirosos, etc.
Lo que a la inversa no sucede, o sea que no se da que los católicos vayan a sitios protestantes a acusarlos.
¿Por qué es esto?
Puede haber razones estratégicas, algunos pastores satanizan a la Iglesia Católica para evitar perder fieles, y envían a su grey a la guerra, para solidificar el espíritu de su grupo.
Es la misma táctica que utilizaron en su tiempo, Lutero, Calvino, Zwinglio, etc.
Y el instrumento con el que ejercen su ataque es la Biblia.
Utilizan la Biblia como si fuera un misil en manos de terroristas.
Cuando algo afirmado por la doctrina católica no está dicho al pie de la letra en la Biblia o no es interpretado como lo hace el pastor de turno, no lo consideran una diferencia de interpretación, sino que dicen que no es bíblico.
Y tras de esto viene la acusación de mentiroso, idólatra, etc.
Sin embargo la paradoja es que los protestantes mismos no pueden ponerse de acuerdo en lo que es bíblico o no lo es.
Porque las más de 40 mil denominaciones en que se han dividido, han surgido de las diferentes interpretaciones que hacen de la Biblia.
De modo que la afirmación protestante que cada hombre puede interpretar la Escritura por sí mismo y llegar a la verdad es falsa y objetivamente divisiva.
La noción de «sola scriptura», que utilizan como un misil terrorista contra los católicos no la practican ellos, porque los pastores deben estudiar en seminarios para conocer las interpretaciones de los pasajes de la Biblia, que como todos sabemos no son fáciles de interpretar.
Lo cierto es que buena parte de lo expresado en la Biblia ha sido «rumiado» y estudiado en estos 2000 años por los católicos.
Requiere los conocimientos de teólogos, biblistas y lingüistas para ser entendida claramente.
Y además cada vez aparecen nuevas y enriquecedoras interpretaciones que obedecen a la acumulación de sabios meditando los textos.
Y nuevas realidades que hay que interpretar a la luz de la escritura y el discernimiento que da el Espíritu Santo.
Pero hay un hecho más terrible aún que no tienen en cuenta cuando idolatran las escrituras, la Biblia.
La época de oro del cristianismo, la cristiandad, fue del siglo IV al XIV.
Y en todo ese tiempo no existía la Biblia escrita tal como la conocemos hoy a disposición de los cristianos comunes.
O sea que la evangelización del mundo se hizo sin que cada cristiano tuviera una biblia y la pudiera leer para comprenderla, como pretenden los protestantes.
Los cristianos del primer siglo ni siquiera tenían los 27 libros del Nuevo Testamento, ya que el último libro, el Apocalipsis de San Juan, no se escribió hasta casi el año 100 d.C.
Durante los siguientes cuatro siglos, la Biblia no existía porque la mayoría de los cristianos no sabían qué libros eran inspirados y cuáles eran apócrifos.
Este problema no se resolvió hasta el año 382 dC, cuando la Iglesia declaró qué escritos pertenecían a la Biblia, durante un sínodo en Roma bajo el Papa San Dámaso I, declaración que fue ratificada en el año 397 dC en el Concilio de Cartago.
Y aún así había otro problema, los 73 libros de las Escrituras estaban escritos en diferentes idiomas, incluidos el hebreo y el griego, idiomas que no eran los que sabían leer la mayoría de la gente alfabetizada.
Lo cual no se resolvió hasta principios del siglo V, cuando San Jerónimo completó el encargo de la Iglesia de traducir todos los libros a un solo idioma, la Vulgata en latín.
Pero aún durante los siguientes 1000 años era imposible para un cristiano común tener una biblia en su casa para estudiarla.
Un monje tardaba varios años en hacer a mano una sola copia en el scriptorium de su monasterio. Porque la imprenta no se inventó hasta el siglo XV.
Por eso las Biblias se ataban a los altares para que nos las robaran, porque eran extremadamente caras.
A partir de ahí, el invento de la imprenta hizo que las copias de la Biblia estuvieran más disponibles, pero aún así las primeras biblias costaban tres años de salario, algo que ningún hombre común podía permitirse.
Y aunque pudiera comprar una biblia tampoco un hombre común habría sido capaz de leerla, porque el analfabetismo era generalizado.
De modo que el mundo fue evangelizado de forma oral, por medio de relatos, pinturas o imágenes talladas en los muros de las Iglesias.
Esa era la llamada «Biblia de los iletrados», que fue combatida por los protestantes, porque nunca entendieron la función de las imágenes.
Y cuando aumentó la alfabetización en los siglos XVIII y XIX, y los costos de imprimir bajaron, empezó a ser negocio la impresión de Biblias y surgieron Biblias mal traducidas y con agregados heréticos, lo que obligó durante un tiempo a la Iglesia requisarlas y quemarlas.
Y después nos enfrentamos con el problema adicional de la traducción a todos los idiomas locales, que recién fue solucionado en el siglo XX.
Por lo tanto, debemos aceptar como hecho histórico, que la Palabra de Dios se trasmitió durante la mayoría de los siglos en forma oral y nunca fue en forma escrita.
Recién en los últimos 2 siglos la mayoría de los cristianos tuvieron a su disposición biblias para leerlas y poner en práctica la «sola scriptura» que predican los protestantes, que cada uno debe leer la escritura y entenderla por sí mismo.
Y esto coincidió con el declive de la fe.
La Biblia es sagrada para los católicos.
La Palabra de Dios está en la Biblia y lo creemos firmemente.
Prueba de ello es que, en nuestras misas se lee un texto del Antiguo Testamento, un salmo, uno del Nuevo Testamento y un pasaje de uno de los 4 evangelios.
Y el sermón del sacerdote se refiere a un pasaje bíblico.
La mayoría de los protestantes se asombran cuando conocen esto, porque es más de lo que ellos hacen en sus servicios.
La fe católica dice que todo lo que afirma la Biblia es verdad, pero hay que interpretar esa verdad.
Por ejemplo cuando el Génesis dice que Dios creó el mundo en seis días, ¿esto necesariamente lo debemos creer como una realidad fáctica?
No necesariamente, porque la verdad que quería transmitir el Génesis era que Dios creó el mundo de la nada, lo hizo planificadamente en 6 etapas y por amor.
Y cuando Jesús dice que debes cortarte la mano si es causa de pecado, en Mateo 5:30, ¿está sugiriendo que los pecadores debieran cortarse la mano?
Seguramente Jesús quiso poner dramatismo a la importancia de evitar las causas del pecado.
Por lo tanto debemos interpretar los pasajes de la Biblia de acuerdo a la tradición y al magisterio de la Iglesia.
La tradición y el magisterio consisten en las enseñanzas que desde los apóstoles para acá se han revelado a través de la predicación.
Durante Su vida terrena, Jesús estableció claramente Su Iglesia, pero en ninguna parte dejó como mandato para Sus Apóstoles, que escribieran un libro con Su Palabra y Obra, salvo en el caso del Apocalipsis.
Esto es fundamental para los Católicos. Primero fue la enseñanza de Jesús, después fue la Iglesia. Y recién después vino la escritura del Evangelio.
Sin embargo era razonable que se escribiera, pero la letra allí escrita no es lo único válido para la fe y la doctrina.
La Iglesia es el guardián y el intérprete de las escrituras, ya que fueron realizadas por miembros de la Iglesia y la Iglesia las reunió en un solo cuerpo, que es la Biblia.
Pero las escrituras mismas dicen que hay ciertas cosas difíciles de entender para los indoctos (2 Pedro 3:16), por eso Dios proporciona protección contra la mala interpretación a través del magisterio y la tradición de la Iglesia.
Además existe la tentación, por ejemplo, de que algunos elijan parte de la enseñanza que les gusta y desechen el resto.
Y por otra parte la Biblia es clara al decir que no todo lo que sucedió durante los tres años de predicación de Jesús está relatado en la Biblia (Juan 21:25).