Por Urnas vacías
Samuel Aguilar Solís
Con un gasto de mil 700 mdp para una ‘consulta popular’, López Obrador pretende realizar un acto de propaganda y de ensayo político para ver la fuerza de su partido Morena.
En medio de un periodo histórico de la política que hoy se hace a través de estrategias de comunicación con un sentido de conexión emocional y ya no de programas, propuestas y menos de ideologías, es que nos debatimos si debemos o no participar en la consulta de revocación de mandato del presidente.
Con un gasto de mil 700 millones de pesos para una pantomima dizque de ejercicio de ‘consulta popular’ López Obrador pretende realizar un acto de propaganda y de ensayo político para ver la fuerza de su partido Morena de cara a las elecciones locales en seis entidades de la República este año y prepararse para las dos elecciones (Estado de México y Coahuila) de 2023, pero sobretodo con miras a la verdadera batalla por el poder nacional que será en 2024.
Ya en otras ocasiones en este espacio he señalado cuál es el origen histórico de la revocación de mandato en el mundo y también cuáles son los antecedentes constitucionales y legales de la reforma legislativa para tal propósito en nuestro país, y es claro que en el caso del ejercicio del próximo 10 de abril NO hay una solicitud de parte de la sociedad para realizar la consulta, paradójicamente quienes se abocaron a la búsqueda de las firmas y han montado una gran campaña de propaganda para tal evento es quienes NO piden la revocación del presidente empezando por el propio López.
Así, en un acto aparentemente esquizofrénico están desplegados violentando diariamente la ley que ellos mismos aprobaron con su mayoría en el Congreso, pero además como ya es costumbre en ellos, mintiendo sobre la verdadera causa de dicha consulta y amenazando que si el presidente pierde la consulta las pensiones a adultos mayores y las ayudas a madres solteras y jóvenes que hoy se entregan se las habrán de quitar, todo para meter miedo y las personas acudan a las urnas a votar ‘por que continúe el presidente’.
Sabemos que si la susodicha consulta no alcanza 40 por ciento de participación del padrón electoral no será vinculante, lo que significa que si ahora el padrón electoral es de 94.6 millones, se requieren 37.1 millones de ciudadanos que participen.
El presidente juró cumplir y hacer cumplir la Constitución y esta señala solo seis años, y además NO es la sociedad quien pide la consulta, sino como ocurrió con la bizarra ‘consulta’ para conocer si la sociedad quería que se enjuiciara a los expresidentes (que NO quedo así por supuesto la pregunta), ahora no solo es como clara y expresamente dice la ley que sea para revocar el poder presidencial, sino que le agregaron que era para que continúe, lo cual obvio pervierte el sentido del espíritu de la misma ley, pero insisto, es con un propósito de propaganda y saber cómo está la maquinaria de movilización de Morena y del gobierno, particularmente de la Secretaria de Bienestar responsable de la operación de los programas sociales que ellos no ven como beneficiarios y derechohabientes del Estado, sino como clientelas políticas para obtener votos en las elecciones este y los siguientes años, pero además sería en un escenario donde participara 40 por ciento del electorado el elemento que López busca para montar otra campaña de propaganda y generar la percepción de gran legitimidad obvio de López en primer lugar y de su ‘gobierno’ para realizar más medidas en su visión de mantenerse a cualquier costo en el poder, porque su ‘lectura’ y su propaganda sería que así lo pidió la gente en la consulta del 10 de abril.
De tal forma que si en la bizarra ‘consulta para enjuiciar a los ex presidentes’ se tiraron a la basura 550 millones de pesos y ahora serán mil 700 millones, pues es preferible eso que ya es imposible cancelar a entrar al juego de López y prestarse a una estrategia política que puede traer peores consecuencias para nuestra maltrecha democracia y la constitucionalidad del periodo presidencial.
Por ello hay que abstenerse y no caer en la trampa como la ultraderecha que de manera visceral llama a ‘aprovechar la oportunidad de tumbar a López’, situación que no sería posible por la misma fuerza que aún tiene Morena en este momento y el propio presidente.
Por ello es mejor abstenerse de votar y que al NO alcanzarse la participación de 40 por ciento la probable aprobación de que ‘siga el presidente’ sea un triunfo pírrico y sin ninguna consecuencia vinculante, sino además sea tan mediocre la participación que como la ‘consulta’ de los ex presidentes rápidamente sea olvidado este episodio solo con el nuevo antecedente de tirar el dinero público.
Confío en que al ser Domingo de Ramos y ya en plenas vacaciones, pero sobre todo la conciencia de NO prestarse a las estrategas políticas y de propaganda de López, los ciudadanos NO acudamos a votar, y ello permita que los mexicanos esperemos que la Constitución se cumpla y que no haya un sexenio que dure más de seis años y la pesadilla y destrucción de las instituciones del Estado mexicano pare ya, y en 2024 estemos en la oportunidad de modificar el rumbo para recomponer la ruta para una democracia plena y un desarrollo económico con distribución justa para una sociedad más igualitaria sin violencia y respetuosa de los derechos humanos.