Botella al Mar
Con esta soledad, que terca esconde
los gritos de mi piel que herida tiembla,
busco ansioso los rumbos de la noche;
que curen con sus sombras, mis blasfemias.
Con esta soledad que todo rompe:
mis sueños, convicciones y certezas,
desespero en espera de tu nombre,
que concluya con su eco, mi condena.
Asfixiado por fríos estertores,
vago triste, anhelando primaveras;
cargo turbias y añejas maldiciones,
que crujen en el alma y que se empeñan
en acentuar perversas mis dolores,
hasta que me redimas de la pena…
Jacobo Niebla