NO QUEREMOS CUARTEL MILITAR EN LA PLANCHA
Si algo ha caracterizado al gobierno que encabeza Andrés Manuel López Obrador son sus malas decisiones.
Todo comenzó desde antes de asumir la presidencia, con el anuncio de la cancelación de las obras del aeropuerto de Texcoco. Continuó con la política de abrazos, no balazos, la pésima estrategia de contención del coronavirus, la construcción del tren maya, la refinería de Dos Bocas, la liberación de Ovidio Guzmán, la compra de una refinería quebrada, sus cambios en el gabinete y un larguísimo etcétera.
Todas estas pésimas decisiones, son consecuencia de la deficiente educación del presidente (hemos dicho y lo sostenemos, que es un analfabeta funcional y su historial académico es la mejor prueba de ello), de sus rencores, de sus complejos y en suma, del notorio desequilibrio mental que lo aqueja. No en balde su expediente siquiátrico es información clasificada.
Todas las decisiones que ha tomado López Obrador han contribuido a la mala situación en lo económico, político y social padece México. Podemos decir que el presidente es un político que despierta pensando desde muy temprano, en una nueva manera de joder a México (acusación que endilgaron a Peña, pero que López Obrador ha superado y con creces).
Ahora, al presidente se le ha ocurrido un nuevo disparate. Haciendo caso de las palabras de sabrá Dios quien de sus lamesuelas, ha anunciado su decisión de construir un cuartel para la guardia nacional en los terrenos de La Plancha. Lo que constituye una nueva sandez.
Evidentemente López Obrador desconoce la realidad de nuestra entidad y de nuestra urbe. Ignora la realidad vehicular, la estrechez de las calles, la existencia de un proyecto para construir ahí mismo, un parque que se constituyera en un pulmón tan necesario para el equilibrio ecológico. También ignora que al parecer ya hubo una donación, al menos de palabra de esos espacios, que por alguna razón, no se formalizó.
Pero lo peor de todo, es que también ignora el presidente, que debido a la inoperancia consustancial a su administración, existen un montón de alternativas para la construcción del referido cuartel, en otros puntos de la ciudad, donde no significaria un trastorno tan marcado la edificación de las instalaciones militares.
Lo más idóneo al efecto, pensamos, sería hacerlo en las instalaciones de lo que fuera la sede de la Policía Federal de Caminos, que incluso cuenta con polígono de tiro. Aunque hay muchas otras alternativas. Total, terreno sobra y prácticamente ninguna de las dependencias federales funciona por falta de recursos.
El gobierno estatal y municipal debieran negarse con toda firmeza a semejante despropósito. Debieran tratar de hacer entrar en razón al presidente o mostrar alternativas viables a quien no esté afectado por su insania y pueda convencerlo de lo inoportuno de la medida.
El gobierno federal, estatal y municipal, debieran pensar en La Plancha como un espacio para propiciar la convivencia de las familias. Proteger la integración y la armonía de esta importante célula de la sociedad, debiera ser premisa prioritaria para la administración pública, sin distinción de nivel.
Pero al parecer no es así, como tampoco según parece, importa el acusado déficit de árboles que manifiesta Mérida y que se hace notable en las elevadas temperaturas que padecemos.
Propiciar la convivencia familiar y el cuidado del medio ambiente debieran ser los proyectos a realizarse en los terrenos de la antigua estación de ferrocarriles. No otros. Nuestras autoridades estatales y municipales debieran ser los encargados de llevar nuestra voz al titular del ejecutivo federal.
López Obrador no debe gastar el dinero que no tenemos los mexicanos en fruslerias. En estos momentos, no es indispensable la construcción de instalaciones militares. Pero si cree el presidente que debe llevarse a cabo algún tipo de gasto en el rubro de la defensa y seguridad, debiera pensar en comprar al menos una escuadrilla de aviones de combate de última generación para salvaguardar las instalaciones petroleras de la Sonda de Campeche, que ante lo convulso de la situación política mundial, pudieran verse en riesgo. Pero subrayamos, esto sólo sería si se empeñara en gastar en las fuerzas armadas.
La realidad es que nuestro país tiene muchas necesidades y muchas de ellas, muy apremiantes, a las cuales destinar recursos presupuestarios. Pensemos por ejemplo, en la compra de medicinas para niños con cáncer o en la educación. Eso lo tendría muy claro un presidente que quisiera solucionar algunos de los problemas de su nación y no cumplir sus caprichos, tal cual haría un niño berrinchudo y maleducado.
Llamamos a la sociedad civil a manifestarse y presionar a nuestras autoridades estatales y municipales, para que a la vez, hagan notar a las instancias federales, nuestro rechazo a la decisión.
Los yucatecos y los meridanos especialmente, nos oponemos a la medida. No queremos un cuartel para la guardia nacional en los terrenos de La Plancha y llamamos a ciudadanos y asociaciones a oponerse, tope hasta donde tope.
Seguimos pendientes…
DIOS, PATRIA Y LIBERTAD