Por qué Dolores del Río nunca tuvo hijos
La actriz soñó con formar una familia con su primer esposo, a quien conoció cuando ella tenía 15 años y el 33
Una de las máximas actrices de la Época de Oro del cine mexicano y de Hollywood fue Dolores del Río, quien tuvo que afrontar una vida llena de éxitos, así como de tragedias, una de ellas fue el motivo por el que nunca pudo tener hijos.
Dolores del Río desde muy joven cautivó a las personas por su talento como actriz, pero también por su inteligencia y belleza, algo por lo que conquistó el corazón de su primer esposo, con quien llegó al altar cuando tan sólo tenía 15 años.
Gracias a que la familia de Dolores gozaba de una buena posición social, se sabe que participaban en eventos de beneficencia y en uno de ellos la actriz conoció a la persona con quien se unió en matrimonio por primera vez: Jaime Martínez del Río.
Martínez era un hombre 18 años mayor que ella, quien gozaba de una acaudalada vida. Era un escritor y abogado que logró hacer crecer su nombre hasta posicionarse como uno de los millonarios del norte de México.
Pese a la gran diferencia de edad, Jaime y Dolores contrajeron matrimonio en 1921. Su luna de miel la festejaron en Europa; durante un largo viaje, la pareja disfrutó de sus primeros meses de casados y regresaron a México más enamorados que nunca, pues habían disfrutado de aventuras inigualables, como el hecho de que la histrionisa bailó para los reyes de España.
El feliz matrimonio se asentó en Durango durante un tiempo, ahí planeaba tener una gran familia. No obstante, una fuerte crisis económica llegó a arrebatarles casi todo lo que tenían.
A pesar de que estaban pasando por un muy mal momento económicamente, la pareja quería hacer de todo para cumplir con su meta de ser una familia. Lolita vendió todas sus joyas y así ayudó a que ambos pudieran sostenerse económicamente por un tiempo.
En esos días la estrella se embarazó del que sería su primer hijo. Tanto ella como su esposo estaban muy felices de la noticia, pues por fin se convertirían en padres. Sin embargo, no esperaban que fuera una gestación complicada.
Pasaron pocos meses de embarazo cuando Dolores pasó por uno de los momentos más trágicos de su vida: tuvo un aborto espontáneo.
Además de la gran pérdida que estaban sufriendo, la pareja también se vio obligada a dejar la hacienda en la que vivían y mudarse a la Ciudad de México, donde ambos probarían suerte, pues ella estaba dispuesta a triunfar en la danza, como era su más grande sueño, y también buscarían nuevamente tener hijos.
No obstante, Lolita tenía un destino profesional muy distinto y, además, su médico le informó que no podría volver a embarazarse. Y es que el trauma que había causado en su cuerpo el aborto, convertiría a cualquier próxima gestación en algo muy riesgoso y la podría llevar a la muerte.
Resignada a no poder tener hijos, una de las oportunidades laborales más importantes de su vida llegó, pues en 1925 el amigo de Martínez y pintor Adolfo Best Maugard los visitó acompañado del cineasta Edwin Carewe.
Carewe, al conocer a Dolores, quedó maravillado por la belleza de la joven y no dudó en decirle a Jaime que debía convertir a su esposa en estrella de cine, pues seguramente ganaría mucho dinero en la industria del séptimo arte.
Martínez no estaba convencido en compartir la belleza de su pareja, pero tras la insistencia y la presión económica, aceptó.
Lolita no tardó en llamar la atención de varios cineastas de Hollywood y comenzar a ser una de las mujeres más famosas del cine, algo que no le gustó a su marido, por lo que tras meses de escándalos y malos tratos por parte de Jaime, llegaron al divorcio en 1929. Después de esto, la actriz no volvió a intentar convertirse en madre.