La Inmaculada Concepción
El 11 de febrero de 1858 la Santísima Virgen se apareció a una niña muy humilde llamada Bernardita Soubirus en la gruta de Masabielle de Lourdes, Francia.
Dijo: «Yo Soy la Inmaculada Concepción»
Nombre que confirmó el Dogma Mariano que proclamó el Papa Pío IX dos años antes!
La Inmaculada posaba sus pies en una gruta que era el basurero de la villa… y desde este lugar de inmundicia nacería una Fuente de Gracia y sanación para toda la humanidad!
Ella nos trae el «Agua Viva» que lava, sana y purifica.
La Inmaculada se aparece en un lugar y éste queda transformado para siempre… donde nuestra Madre pone sus pies, aunque sea un basurero, lo convierte en un Santuario!
Igual que en Belén, Ella viene a limpiar esa gruta de la suciedad, viene a purificarla, a preparla para que pueda nacer su Hijo, nuestro Señor Jesucristo.
Esa gruta representa el corazón del hombre, de piedra, duro, frío, lleno de inmundicia…
Ven Madre del Cielo a limpiar nuestro corazón, a prepararlo para que pueda venir tu Hijo y hacer su morada en nuestros corazones!!